Ni un estudiante menos: hacia una gestión integral de la seguridad para planteles educativos.

Por Angélica Garnica Sosa
Especialista en seguridad universitaria

¿De quién es responsabilidad la vida de las niñas, niños, jóvenes y hasta de profesores en un plantel educativo? La respuesta es simple, pero compleja: es de todas y todos, pero más de los adultos, de las instituciones educativas y del gobierno.

No tengamos duda: a los adultos (padres de familia o tutores), a las instituciones educativas (directivos), al Estado Mexicano (Secretaria de Educación Pública, Secretaria de Seguridad Ciudadana, Gobiernos de los Estados y Municipios) nos corresponde proteger la vida de nuestra niñez y juventud.

La seguridad universitaria, la seguridad escolar, la seguridad en planteles educativos, es una RESPONSABILIDAD COMPARTIDA, y ese es el claro ejemplo de acciones CORRESPONSABLES para atender problemas públicos complejos; pero sí en lo mínimo no hay acuerdos, por ejemplo: en reconocer que dentro de los planteles educativos se comenten violencias y delito no tendremos avances.

Lo diré de manera más clara y contundente:

  • dentro de las escuelas hay homicidios, no debería, pero existen;
  • dentro de las escuelas hay armas de fuego y blancas, no deberían, pero las hay;
  • dentro de las escuelas hay robo, no debería, pero se presenta;
  • dentro de las escuelas hay violencia sexual contra niños, niñas y mujeres, no debería, pero existen esos fenómenos por demás lacerantes.

Aceptemos esa realidad tan dolorosa y gestionemos las capacidades para contar con ambientes seguros y en paz en los recintos educativos, y así garantizamos que las instituciones educativas cumplan con su función sustantiva: educar y formar seres humanos con principios y valores sociales.

Esa omisión social, institucional, gubernamental y, hasta, humana, nos están constando muchas vidas. Le estamos robando el futuro a nuestras niñas, niños, jóvenes. El silencio y la omisión los está matando.

Creáme, de las violencias que conozco, la omisión es la más grave, negligente y estúpida de todas, porque parace que no pasa nada y pasa todo. Es un cáncer invasivo, silencioso, malingo y sin atención. No podemos ser indiferentes ante un problema que afecta a 1 de cada tres personas que habitamos este país.

Aceptemos de una vez y por todas que tenemos un problema grave de seguridad en nuestras escuelas, ya no podemos ni debemos negarlo. La aceptación del problema, la visibilización de los incidentes que ocurren dentro de las escuelas, es responsabilidad de todos y nos toca hacer lo necesario para preservar la vida de nuestros niños, niñas y jóvenes, merecen crecer seguros, en paz, en ambientes sanos y libres de violencia.

Esa aceptación implica registrar de manera objetiva, periódica y comparable los incidentes de violencia e inseguridad que viven las comunidades escolares de nivel básico, medio superior y superior. Creanme, perdimos cuando nos vendieron la idea de que el mayor problema de las escuelas es el acoso escolar (bullying). Todos sabemos que además de eso, tenemos graves problemas de presenca de drogas y armas. Véanlo desde otra perspectiva, las escuelas son un gran mercado de consumidores ¿me explico? Y espero que sepan que los “programas de mochila segura” no ayudan a llegar al fondo de los problemas. Esa es una medida reactiva, visibiliza que se hace, pero no previene conductas, al contrario hace más creativos a nuestros menores.

¿Para qué gestionar la seguridad en instituciones educativas?

Necesitamos saber ¿qué y cuánto pasa en las escuelas? Urge hacer inteligencia social: ¿qué tipo de incidentes?, ¿dónde?, ¿cuándo? y ¿a quién?

No todas las escuelas tienen presencia de armas, pero tal vez sí de riñas o venta de alcohol o droga o tal vez todo. Debemos saber qué pasa para decidir qué hacer y en ese marco: escuchemos a nuestros estudiantes y docentes, ellos viven y transitan en los espacios educativos, entre 5 y 8 horas diarias, 5 días a la semana, entre 185 y 200 días al año.

Lamentablemente, los únicos datos consistente sobre la percepción de inseguridad en escuelas son los que provee el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a través de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), que período tras período da resultados que muestran un deterioro en la percepción de inseguridad en esos espacios:

Percepción de inseguridad pública en lugares específicos: escuela

Es decir, 4 de cada 10 personas de 18 años y más, se sienten inseguras en las escuelas. Les invito a hacer la siguiente reflexión:

¿Cuáles son los espacios donde los seres humanos, y más los menores, nos deberíamos sentir más seguros o totalmente seguros?

Hay dos: la casa y la escuela, y cuando eso no ocurre, es hora de hacer algo para garantizar esa seguridad.

¿Por qué la seguridad en planteles educativos debe ser un tema prioritario para nuestro país?

En el ciclo escolar 2017-2018 la matrícula inscrita en el sistema educativo mexicano fue de 36 millones 450 mil 450 estudiantes y se contó con 2 millones 85 mil 90 docentes adscritos distribuidos entre los diferentes subsistemas, lo que representó 38 millones 535 mil 540 seres humanos en esos espacios educativos, es decir más del 30 % de la población en México. Ese simple hecho nos debe obligar a todos: sociedad, gobierno e instituciones educativos a ser más responsables con las comunidades escolares de todos los niveles de educación del país.

Estudiantes, Docentes y Escuelas del Sistema Educativo Mexicano (2018)

Hay aspectos vitales que debemos resolver en nuestras instituciones educativas, pero con la urgencia les propongo tres prioridades en las que debemos trabajar para cambiar la perspectiva de trato a esos problemas:

  • Las comunidades educativas (estudiantes, profesores, directivos, personal de apoyo) no deben estar solas en la construcción de su seguridad, ya que es un problema social y público.
  • Debemos tener registro de los incidentes de violencia e inseguridad que ocurren en los planteles e incluso en su entorno. Llevar reportes sistemáticos y analizar lo que está pasando, identificar riesgos y atenderlos inmediatamente, no permitir que lleguen a ser incidentes que pongan en riesgo la vida de las personas. ¿qué violencias y delitos ocurren adentro o en el entorno del plantel educativo? No podemos, no debemos seguir negando esa realidad brutal. Los datos nos darán inteligencia para saber ¿qué hacer?, ¿cómo hacerlo?, ¿con quién?, ¿cuándo? Sí tenemos sistemas de videovigilancia analicemos lo que pasa, esos sistemas nos deben alertar y en su momento sirven de evidencia, pero se deben usar de manera inteligente.
  • Cada miembro de la comunidad escolar debe saber:
  1. ¿Qué es una emergencia? Una situación que pone en riesgo mi vida, la de mis compañeros o la de mi comunidad.
  2. ¿Qué tipo de emergencias hay? Protección Civil, Médicas y Seguridad y de (Ver Catálogo Nacional de Emergencias 9-1-1).
  3. ¿A quién debo llamar en caso de emergencia? Emergencias 9-1-1, cualquier adulto, docente, directivo, responsable de seguridad, servicios de auxilio de emergencias.
  4. ¿Quién y cómo se actuará en caso de emergencia? ¿qué debemos hacer cada uno de los actores de la comunidad escolar: directores, maestros, personal de vigilancia, estudiantes…? Debemos establecer protocolos básicos de actuación ante las diversas situaciones de emergencia y debemos garantizar un aprendizaje del proceso de actuación a través de simulacros, incluso con la participación de autoridades de seguridad ciudadana (local, estatal o federal) o con servicios de apoyo médico o de protección civil. Nadie quiere pistolas, ni cuchillos, ni droga en las escuelas, pero sí hay, saber actual puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, e idealmente evitar su presencia.
  5. ¿Qué debo hacer en caso de una emergencia de seguridad? Así como lo sabemos actuar frente a un sismo, incendio, tornado o inundación, así debemos tener una actitud preventiva en materia de seguridad.
  6. ¿Quién me auxiliará en caso de X o Y emegencia? ¿qué deben los docentes, directivos, personal de vigilancia, autoridades de seguridad pública, de servicios de emergencia médica o autoridades de justicia? TODOS deben saber qué hacer en un plantel educativo y, eso, tampoco tienen que ver con la autonomía de las instituciones educativas. Ninguna institución educativa debe estar exenta de la aplicación de los debidos procesos para salvar una vida, preservar el orden, la seguridad, la paz y garantizar justicia a las víctimas.

Sin duda, saber cómo actuar ante una emergencia: mantener la calma, pedir auxilio y recibir el auxilio adecuado, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Establezcamos juntos: responsables de la atención de emergencia, directivos de planteles escolares, padres de familia y estudiantes cómo actuar frente a los incidentes de violencia e inseguridad y actuemos. No más silencio, no hagamos como que no pasa nada, no simulemos. Advierto que será un camino largo y difícil, pero debemos empezar. Tenemos más de 258 mil escuelas que atender y la pregunta es básica ¿cuántas escuelas cuentan con capacidad da prevenir y atender situaciones de violencia e inseguridad? ¿qué tiene y qué les falta? En eso debemos trabajar de manera urgente.

Con profundo respeto y en memoria de Aideé Mendoza
#NiUnaMenos #NiUnEstidianteMenos

 

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