Por Fernando Cruz
No importa el daño, las llantas de los vehículos tácticos no detienen la marcha.
Son para todo terreno y aseguran la protección en cualquier tipo de camino.
Cuando se habla de vehículos blindados, vale la pena agregar que en este segmento también existen los conocidos como “tácticos”, que son comúnmente utilizados por las fuerzas del orden, en diversas modalidades, incluyendo a las ambulancias militares, pero también en el apoyo para labores de rescate, transporte de reos y de tropas.
Su diseño y desarrollo parte de la definición de la misión para la cual se requieren. Pueden concebirse para propósitos y misiones diferentes, desde operaciones urbanas, operaciones rurales, vehículos de apoyo logístico, unidades de avanzada, vehículos de persecución, vehículos para disolver manifestaciones, y tareas similares, pero siempre con el propósito principal de proteger la vida de sus tripulantes
Por lo general, un vehículo táctico, cualquiera que sea su finalidad, necesita un nivel de protección que pueda soportar desde armas tipo AK- 47 (7.26 x 39), hasta niveles de protección Stanag 4, capaces de soportar calibres .50. Por supuesto, conforme sube el nivel de protección, también aumenta el espesor y el peso de los materiales necesarios para detener los ataques.
Desde luego, cada componente de un vehículo de este tipo merece consideraciones particulares, pero cabe destacar el papel de las llantas, ya que si estas sufren un ataque, de todas formas los vehículos deben ser capaces de seguir avanzando. De otro modo, el vehículo se convertiría en un blanco inmóvil y sus ocupantes tendrían pocas oportunidades de escapar. Por ello, las llantas son especialmente diseñadas para estas misiones y deben cumplir con las siguientes funciones:
1. Soportar cargas: Estos vehículos requieren de llantas que soporten el peso del vehículo, sus tripulantes y el material que cargue, y además, que pueda maniobrar. Naturalmente estos vehículos incluyen un peso añadido, que puede ser considerable, para proteger los tripulantes y la carga. Este peso conlleva unos cálculos que sirven para determinar su distribución en los ejes delantero y trasero, así como su centro de gravedad, para definir el tipo de llantas que requiere.
2. Amortiguación: Los elementos elásticos de la suspensión, como los resortes, brazos oscilantes, amortiguadores, rines y las llantas, son los elementos que deben aislar de la mejor manera posible los movimientos generados en el interior del vehículo, al contacto con la superficie de rodamiento por la cual el vehículo va transitando.
3. Frenado: Cuando el conductor del vehículo presiona el pedal de freno, todo el sistema debe transmitir la fuerza suficiente a cada llanta para detener el movimiento. Por ello, la llanta y el dibujo de la cara de rodamiento deben detener el vehículo en una distancia razonable y segura, de acuerdo a su peso y velocidad. El material y sus mezclas deben soportar la abrasión y altas temperaturas que se generan cuando hay fricción contra la superficie de contacto.
4. Dirección: A través del volante y el sistema de dirección, ya sea de piñón y cremallera o bolas recirculantes, con asistencia hidráulica o eléctrica, debe tener la capacidad de establecer la dirección en la cual el vehículo se debe mover, evitando al máximo que la inercia del peso adicional impida que el automotor se desvíe de la trayectoria marcada por su conductor.
Aunque las funciones descritas son inherentes a cualquier autotransporte, las modificaciones realizadas para un vehículo táctico incrementan su peso de manera muy importante, por ello se insiste en que deben incluir llantas adecuadas, con capacidad para la operación segura y efectiva de acuerdo con su nuevo peso.
Por ejemplo, si a una camioneta Ford F-550, con peso aproximado de 5.6 toneladas, se le agregan las modificaciones de blindaje de Nivel Stanag 1 con acero de 6.5 mm, más diez tripulantes equipados, pesará casi ocho toneladas. Por lo tanto, la capacidad de carga, resistencia y prestaciones para un vehículo como éste, requiere de llantas que soporten dos toneladas, cada una, sin mermar el desempeño del automotor.
Desde luego, debe integrar los rines adecuados, que no solamente deben soportar el mayor peso, sino resistir impactos de las balas, como el resto del blindaje, así como poder rodar, incluso sin la llanta, en un momento de emergencia.
También se deben considerar los terrenos en los que va a operar el vehículo para determinar el tipo de llanta. Se consideran principalmente de cuatro tipos: caminos asfaltados, terracería, arena, y barro o nieve. Aunque cualquier llanta debería operar en los cuatro, si el uso primordial será solo en alguno, se pueden tener llantas hechas especialmente para éste, con el dibujo, acabado, presión y otros elementos que las hagan adecuadas.
Si bien algunas llantas comerciales pueden cumplir con las funciones requeridas de carga, desempeño y terrenos de operación, varios fabricantes de llantas tienen líneas de productos específicos para vehículos militares que pueden cumplir perfectamente con las misiones para los que sean diseñados los vehículos tácticos. A partir de las especificaciones de desarrollo del vehículo y de las misiones para las que se diseñó, se puede determinar si una llanta comercial de alta capacidad es suficiente o si se requiere alguna de desarrollo para uso militar especial.