2020 ha sido un año de retos sin precedentes para la infraestructura crítica. Aunque es sabida la importancia de este sector en el desarrollo de una nación, es necesario hacer un análisis del concepto. El Instituto Español LISA, lo define como un elemento o sistema que es esencial para el mantenimiento de funciones sociales vitales, la salud, la integridad física, la seguridad, y el bienestar social y económico de la población, cuya perturbación o destrucción afectaría gravemente a un Estado. En este sentido, las infraestructuras críticas van más allá de sectores como la electricidad o la minería, en este rubro también entran otros elementos de insuperable relevancia.
Bajo este entendido y derivado de su importancia en el desarrollo poblacional, ha surgido un cuestionamiento interminable de qué deben hacer las infraestructuras críticas para protegerse de riesgos potenciales que afecten la continuidad de las operaciones, riesgos que van desde catástrofes naturales, daños en la propiedad, afectaciones al equipo de trabajo, e incluso, ataques cibernéticos.
Alrededor del mundo existen organismo y planes de seguridad integral que buscan proteger las infraestructuras críticas mediante la aplicación de metodologías de análisis de riesgos, y es aquí donde entra el papel de las tecnologías de seguridad como la videovigilancia, la cual ha ido evolucionando y adaptándose a tal grado que hoy es un elemento indispensable, debido a sus posibilidades de seguridad y rendimiento.
Primero quisiera responder a la pregunta ¿En qué momento una red de vigilancia es más que un sistema sólo de video?, mi respuesta es la siguiente: cuando no sólo se protege las instalaciones de una organización, sino que también respalda operaciones eficientes y confiables, así como salud y seguridad. La vigilancia en red apoya a las organizaciones de infraestructura crítica de tres maneras: les ayuda a garantizar la seguridad cibernética y física del personal e instalaciones, mantener un control de las operaciones y disuadir riesgos potenciales todo con un único sistema integrado controlado desde una ubicación remota.
La vigilancia en red va más allá de la protección superior contra intrusiones, cumple una doble función como un valioso complemento para generar datos y prevenir riesgos por fallos en los sistemas industriales. Además, permite monitorear el cumplimiento de las políticas de uso de los materiales, evaluar los riesgos en tiempo real y mejorar las prácticas de sanidad y seguridad. Por otro lado, las cámaras térmicas se pueden usar para supervisar variaciones de calor y fugas.
Las cámaras IP modernas son capaces de reducir el despliegue innecesario de equipos de seguridad, lo que representa un claro retorno de la inversión. La combinación de dispositivos de videovigilancia y analíticas de detección de movimiento ha ampliado el rango y las capacidades de las soluciones de protección, desde la detección simple, hasta el análisis de información complejo.
También, las cámaras IP, están diseñadas con sensores que son capaces de producir imágenes muy detalladas, incluso con factores que alteren la visión humana. Son capaces de utilizar el poder de la inteligencia artificial, pues cada cámara puede albergar su propia analítica de video específica para mejorar significativamente la capacidad de detectar daños en el interior de las instalaciones.
Mantener el correcto desempeño de las infraestructuras y servicios críticos es un tema sensible y complejo. Los entornos son vulnerables ante eventualidades que puedan impedir el correcto funcionamiento de determinados servicios, por ello, asegurar y proteger de manera efectiva los sitios requiere adoptar un enfoque convergente, lo que incluye aportaciones de muchas dependencias.
Históricamente, un buen punto de partida para la seguridad, es el requerimiento de un personal encargado, no obstante, hoy es necesario entender que se requiere un enfoque más considerado y holístico que no ponga en riesgo a las personas. Si bien, ninguna tecnología es infalible, la videovigilancia en red ha ofrecido una solución de seguridad muy beneficiosa para el sector. Estas tecnologías, al ser plataformas abiertas, facilitan la integración simple con otras plataformas IoT, lo que da como resultado una solución global que puede incorporar sin problemas herramientas sofisticadas para mantenerse al día con una amenaza en constante evolución.
En Axis entendemos que, de cara al futuro y al mundo en constante evolución, las infraestructuras críticas demandan evaluar a fondo las estrategias de seguridad preventivas y disuasivas que consideren tanto la amenaza como los requisitos operativos. Ante este panorama, la necesidad de adoptar soluciones de videovigilancia de alta calidad, que proporcionen protección continua en tiempo real, se vuelve aún más imperativa.
Por Mariano Vega, Regional Sales Manager para Cono Sur en Axis Communications