por Diana Cardona, Psicológa
Fortalece tu sistema inmune:
- ALIMENTATE SANAMENTE : Alimentarte adecuadamente puede fortalecer tu sistema inmune, protegiéndolo de agentes externos que puedan debilitarlo. Consume alimentos ricos en vitaminas, zinc, selenio, omega 3, probióticos. Entre los alimentos que te recomiendo puedas ingerir están frutas y verduras; ajo, cebolla, remolacha, brócoli, cítrico, yogurt, entre otros. Evita comer alimentos procesados y alimentos con altos niveles de azúcar.
- EJERCITATE: El realizar ejercicios activa tu sistema inmune, realizarlos moderadamente puede brindarte la sensación de bienestar, específicamente porque te ayudará a disminuir tus niveles de estrés y permitirá que te relajes, te sentirás más activo en el día.
- DUERME: Cuando no duermes adecuadamente, tu sistema se altera y tiene consecuencias en tu sistema inmune. El sueño regenera, así que intenta descansar.
- ASOLEATE: Sal al patio de tu casa, o abre una ventana. Hazlo en la mañana. El sol proporciona vitamina D a tu cuerpo.
Cuida tu salud emocional
La pandemia global del coronavirus ha provocado que muchas personas se encierren, de forma voluntaria o involuntaria en sus casas. Estar en cuarentena o en aislamiento puede generar: estrés, ansiedad, irritabilidad, insomnio, etc.
¿Qué puedes hacer?
Establece tu propia red de apoyo, puede estar integrada por personas cercanas a ti, tu familia, tus amigos un médico, tu psicólogo, consejero, entre otros.
La idea de una red de apoyo es que si sientes un malestar significativo puedas acercarte con estas personas, quienes podrán acompañarte a que te sientas más tranquilo
Crea una rutina; es fundamental que te mantengas ocupado. Planificar el día ponerse objetivos y poder ir completándolos nos dará sensación de control y autosuficiencia.
Higiene y cuidado; es muy importante en casa no pases todo el día en pijama, ponte cómodo, pero toma un baño, cámbiate y arregla de ti, es importante para que puedas sentirte más animado y despierto en el día.
Cada emoción deja una huella en tu cuerpo, y por el contrario, puedes transformar, calmar o potenciar las emociones a través de ejercicios físicos. Uno de los gestos más eficaces para influir en el estado físico y emocional es la respiración consciente.