Por Manuel A. Sordo, General Manager para Latinoamérica de Universal Robots
De acuerdo con estudios recientes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se visualiza un panorama en donde empleos en diferentes industrias sufrirán una gran transformación e incluso desaparecerán. Sin embargo, la OCDE predice que solo el 14% de los empleos en los países que componen a la organización, siendo México uno de ellos, podrían perderse a causa de la integración de robots en los espacios de trabajo.
Estas cifras reducen los temores de las personas e industrias y también sirven para recordarnos que los robots pueden ayudar a los trabajadores a ser más productivos, llevar una vida laboral más satisfactoria y preservar los empleos existentes y generar nuevos empleos. De hecho, los llamados robots colaborativos, o “cobots”, prometen ser una panacea para muchos de los problemas más importantes que afectan al mundo desarrollado en la actualidad, incluido el pésimo crecimiento de la productividad, el envejecimiento de la población y la escasez de mano de obra.
Universal Robots, introdujo el término ‘colaborativo’ y fueron pioneros de esta nueva clase de robot con el lanzamiento del cobot UR5 en 2008. Desde entonces, personas como ABB, Fanuc y otros fabricantes de robots han entrado en la arena con sus propios modelos colaborativos y colocaron su propia aportación única sobre el tema. Sin embargo, generalmente se acepta que los robots colaborativos pueden considerarse sistemas móviles que son capaces de compartir un espacio de trabajo, colaborar y cooperar (a través de algún contacto físico) con los humanos.
Los cobots ya se están utilizando en una variedad de procesos y actividades que incluyen: recolección y colocación (pick & place), carga de línea, manejo de materiales y mantenimiento de máquinas. Las aplicaciones más adecuadas son actividades que involucran el movimiento repetitivo de partes livianas que tienen lugar cerca de los humanos.
La seguridad es primordial para asegurar la aceptación y la confianza de los trabajadores, y se logra ya sea mediante tecnología de limitación de fuerza, haciendo una pausa en respuesta al contacto o mediante el despliegue de sensores de proximidad que detectan la presencia de trabajadores humanos. Los cobots son compactos, livianos y se pueden mover alrededor de una fábrica o centro de distribución de una tarea a otra, a diferencia de los grandes sistemas de robots preferidos por la industria automotriz.
Se pueden reconfigurar para diferentes tareas y actividades. Y son más baratos que cualquier robot industrial de diseño único y tradicional, gracias a su enfoque en software en lugar de hardware a medida, su facilidad de configuración y programación y su mayor flexibilidad.
Todo esto los hace más asequibles y desplegables para fabricantes más pequeños; podría llamarse la democratización de la robótica, ya que los robots más grandes solo tienden a ser asequibles para los fabricantes más grandes. No es de extrañar que la industria esté adoptando cobots en grandes números.
Se espera que la demanda de este tipo de robots colaborativos aumente un 80% durante 2020, con el mercado expandiéndose diez veces a $1 mil millones de dólares durante el mismo período.
Algunos de los jugadores más importantes en diferentes industrias alrededor del mundo ya están poniendo en marcha esta revolución.
Un estudio realizado por investigadores del MIT en las líneas de producción de BMW muestra que los equipos que consisten en humanos y máquinas son más productivos y menos inactivos que los equipos que consisten en humanos o máquinas individualmente.
En las instalaciones del fabricante de neumáticos Continental, el despliegue de cobots ha impulsado la naturaleza de valor agregado de las actividades del equipo y mejorado sus capacidades técnicas. También ha reducido la necesidad de deslocalización: la transferencia de fábricas y, por lo tanto, trabajos a ubicaciones de menor costo.
Del mismo modo, en Paradigm Electronics, un fabricante de altavoces de alta gama y componentes audiovisuales, la adición de cobots ha aumentado el rendimiento en un 50%. Otras historias de éxito involucran a Johnson & Johnson, Harley Davidson, Trelleborg y Volkswagen.
Es importante destacar que los beneficios de los cobots también tendrán a los economistas expectantes. Los países altamente industrializados como Alemania y Japón sufren el rápido envejecimiento de la fuerza laboral y la escasez de mano de obra a medida que disminuye su población. Otros, como el Reino Unido, sufren de lamentables ganancias de productividad. Los cobots podrían ayudar a suavizar el impacto de todos estos desafíos.
Los beneficios para la salud son un valor adicional. Por ejemplo, el reciente despliegue de cobots por parte de Audi como parte de su iniciativa PART4you en su fábrica principal en Alemania está ayudando a reducir el potencial de problemas de espalda entre sus empleados al eliminar la necesidad de que los empleados se estiren en demasía o se encorven repetidamente.
La reducción de las lesiones por estrés repetitivo y literalmente aligerar la carga para los trabajadores de fabricación es un objetivo importante en países donde la edad de jubilación se retrasa repetidamente, lo que requiere que los trabajadores permanezcan en el empleo por más tiempo para mantener una alta tasa de participación laboral, un ingrediente esencial para una economía saludable.
Del mismo modo, la flexibilidad inherente de los cobots hace que sea más barato para las empresas fabricar productos más personalizados y de mayor valor en lotes más pequeños, lo que muchos expertos describen como “fabricación ágil” y cada vez más demandada, ya que los consumidores desean automóviles, alimentos e incluso medicamentos personalizados. Esta flexibilidad también facilita la implementación en múltiples procesos que anteriormente se llevaban a cabo exclusivamente por humanos, y al hacerlo, optimizando los procesos de producción.
Además de preservar los empleos ayudando a los trabajadores a ser más productivos y sus empleadores más eficientes, los cobots también crearán nuevos empleos. Se necesitarán seres humanos para programar, reparar y dar servicio a estos robots. Más ampliamente, recientes estudios del Centro de Investigación de Política Económica reflejan que el uso de máquinas ha permitido que el empleo en diferentes regiones del mundo crezca un 1%, y estima que una mayor automatización aumentará el empleo en otro 1.8% para 2021.
La clave para asegurar esta recompensa económica y social será la capacidad de las industrias y las finanzas de reunir el capital necesario para impulsar esta inversión. Pero también dependerá de ayudar a las empresas a adaptar su fuerza laboral y sus procesos de fabricación para poder abrazar por completo la revolución de los cobots.