por Juan Pablo Jiménez, vicepresidente de Citrix para Latinoamérica y El Caribe
Uno de los desafíos más grandes que tienen las empresas hoy tiene que ver con incrementar el compromiso de los empleados. De hecho, se estima que un empleado no comprometido tiene un 37% más de ausentismo, es un 18% menos productivo y un 15% menos rentable (Según datos de Gallup). Claramente, encontrar la forma de resolverlo es vital. Por eso cada vez más empresas están empezando a observar con detenimiento la experiencia de trabajo y cuáles son los factores que la desarrollan y estimulan.
Según un estudio reciente realizado en 8 países por la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU) y patrocinado por Citrix, existe una relación directa entre la experiencia de trabajo y la tecnología. En aquellas compañías digitalmente más maduras, es decir que vienen avanzando en su transformación digital como mínimo desde hace dos años, el 46% considera que la tecnología provista por la empresa contribuye a mejorar la experiencia de trabajo. Aquellas con más impacto son las que permiten un acceso más fácil a la información necesaria para trabajar (47%), las que brindan la posibilidad de trabajar desde cualquier sitio (43%), las aplicaciones que son fáciles de usar (39%) y las que permiten lograr una experiencia de usuario similar a la del consumidor (33%).
Pero lo cierto es que hasta ahora el foco de las empresas a la hora de avanzar en su trasformación digital no tenía al empleado como centro. La realidad actual requiere que pasemos de la transformación digital a la transformación de las personas. Y esto implica que la implementación de tecnologías tenga como norte ayudar a los empleados a lograr su máximo potencial; es decir, brindarle a las personas la flexibilidad, la orientación y las herramientas intuitivas que necesitan para hacer su mejor trabajo y no solo más y más de lo mismo.
Para poder lograrlo conocer lo que los empleados necesitan se vuelve fundamental. Por ejemplo, en Latinoamérica vemos una demanda creciente de acceder a estilos de trabajo flexibles por parte de los empleados y creen que al trabajar de forma remota serían más productivos (según datos de nuestro estudio “El Trabajador Digital en 2019”). Eso abre todo un abanico de oportunidades para que las empresas puedan empoderarlos, identificar las mejores herramientas para potenciar su trabajo y contribuir a crear una mejor experiencia.
El momento de avanzar en este cambio de enfoque es ya. Sobre todo porque si los empleados están más comprometidos y son más productivos esto impacta directamente en la satisfacción de los clientes, la rentabilidad, la retención de talentos y la capacidad de innovar, aspectos que ninguna empresa querrá dejar de lado.