He escuchado mucho el tema de Seguridad humana, Derechos humanos, las Nuevas masculinidades más cercanas y empáticas, los Derechos de las mujeres etc. y me parece correcto. Todo esto necesita institucionalizarse y permear en la sociedad como parte importante de la cultura dela legalidad.
Sin embargo, creo firmemente, que esto es solo una parte de lo que se tiene que hacer. Su efecto se verá reflejado solo al paso de los años en las nuevas generaciones, pero es a largo y mediano plazo, no será un cambio rápido. Falta la parte de lo táctico y operativo urgente, en un país en franco riesgo y descomposición aunque se hable de ello con disimulo.
Urge ser mediador y educar a las nuevas generaciones sí, pero urge mucho más agarrar al toro por los cuernos y entender que si hay formas de retomar el control y poner orden. Hay que entender de forma clara que la única fuerza legítima es la del estado y no hay más. Todo lo demás es problemas a solucionar. Si Bukele puede con una geopolítica menos poderosa, nosotros con buena voluntad, estrategia e inteligencia también debemos poder y lograr retomar el rumbo.
Me simpatizan mucho en temas de seguridad pública los policías de carrera, de buena formación y trayectoria, fungiendo como el primer frente de batalla. Sin duda el Dr. Hartfush cumple el perfil y su equipo cercano también. La Secretaria de Defensa y la Sria. De Marina tienen grandes alcances y gente muy formada, pero su lugar no es necesariamente el de andar de policías en las calles, ellos tienen otra función y formación también muy necesaria y urgente, pero distinta sin duda, son el equipo perfecto pero se necesitan todos y cada uno en su papel estratégico.
La política para la persona y para la sociedad encuentra su rumbo constante de camino en la defensa y promoción de la justicia, entendida como «virtud» a la que todos deben ser educados, y como «fuerza moral» que sostiene el empeño por favorecer los derechos y deberes de todos y cada uno, sobre la base de la dignidad personal del ser humano, pero con logros y avances sustentables y constantes. Si bien esa contemplación de la realidad en sí misma ya nos indica la necesidad de un cambio de rumbo y nos sugiere algunas acciones, intentemos ahora delinear grandes caminos de diálogo que nos ayuden a salir de la espiral de autodestrucción que vivimos como sociedad.
Necesitamos jóvenes ambiciosos y estudiosos, no delincuentes. También necesitamos adultos firmes y participativos haciendo su labor de equipo y ayuda para sanear, cuidar, dar el ejemplo y sumarse a las buenas causas sin apatía ni comodidad. El que exige sin dar y polariza sin estudiar no sirve para nada y estorba mucho.
Es triste ver a México en el lugar 118 de 142 países evaluados en temas de justicia criminal: ver WJP rule of law index: worldjusticeproject.org
Necesitamos salir de esa estadística a corto plazo y retomar el rumbo. Trabajemos todos con responsabilidad para lograrlo.
Lucia Fornelli, CEO Usec Network