LA UNIVERSIDAD EN MÉXICO, MEJORAS SOCIALES Y CIENTÍFICAS 

Han pasado algunos siglos desde que Gayo Julio César utilizara la frase: La mujer del César no solo debe ser honrada, sino que también debe parecerlo; postulando así que se debe mantener la compostura respecto del cargo y la responsabilidad que se ostenta. Por lo que resulta de obligado cumplimiento mejorar las tareas; para, mostrar a la ciudadanía que se están haciendo bien, que se cumplen plazos y objetivos. Todo ello, porque así, además lo contempla el artículo 8 de nuestra Carta Magna. 

Hay hechos en la Baja Edad Media que marcan una novedad: la aparición de la universidad, con el fin de formar a los jóvenes en: Teología, Derecho y Medicina, como facultades mayores y como facultad menor la de arte o filosofía. 

Universidad en su origen no indicaba un centro de estudios, sino una agremiación, sindicato o asociación corporativa que protegía intereses de las personas dedicadas al oficio del saber. Entendida la Universidad como generadora del saber, se le atribuyó el carácter de Alma Mater en el sentido de engendrar y transformar al hombre por obra de la ciencia y el saber. 

Fátima al-Fihri 

(Referencia Wikipedia) 

La idea de una universidad, como una institución dedicada a la enseñanza superior y a la investigación, tiene sus raíces en la antigüedad. Sin embargo, la forma en que conocemos las universidades modernas se desarrolló a lo largo de siglos de evolución y adaptación. 

La primera universidad en el mundo fue fundada en el año 859 Fátima al-Fihri, originarias de la ciudad de Cairuán, que era por entonces la capital de Túnez. Curiosamente, después que la Universidad fue fundada por dos mujeres, a la mujer se la despojó del derecho a la enseñanza y aprendizaje por un machismo torpe que las despreciaba por el hecho de ser del sexo femenino; lo que provocó que la mujer se convirtiera en una eterna luchadora que, con el tiempo acabó logrando su objetivo: 

– Antigüedad: Si bien no existían universidades en el sentido moderno, civilizaciones antiguas como la de Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma tenían instituciones dedicadas a la educación avanzada, como academias, escuelas de filosofía y bibliotecas. 

Edad Media: Durante la Edad Media europea, la educación superior estaba principalmente en manos de la Iglesia. Las primeras universidades medievales surgieron en Europa occidental, siendo la Universidad de Bolonia (fundada alrededor del año 1088) una de las más antiguas. Luego siguieron instituciones como la Universidad de París (fundada alrededor de 1150) y la Universidad de Oxford (fundada en algún momento a finales del siglo XII). 

Modelo Universitario: Estas instituciones medievales sentaron las bases del modelo universitario moderno. Se caracterizaban por tener una estructura organizativa, con profesores y estudiantes, y ofrecían una amplia gama de disciplinas académicas, incluyendo teología, derecho, medicina, filosofía y artes liberales. 

Renacimiento y la era moderna: Durante el Renacimiento, el interés por la educación y el conocimiento experimentó un resurgimiento en Europa. Se establecieron más universidades y se expandieron las áreas de estudio. En esta época, se fundaron instituciones icónicas como la Universidad de Harvard en 1636 en los Estados Unidos y la Universidad de Cambridge en 1209 en el Reino Unido. 

Expansión global: A medida que avanzaba la historia, el modelo universitario se extendió por todo el mundo, adaptándose a diferentes contextos culturales y socioeconómicos. Hoy en día, hay miles de universidades en todo el mundo, que van desde grandes instituciones de investigación hasta pequeñas universidades centradas en la enseñanza. 

En resumen, los orígenes de la universidad se remontan a la antigüedad, pero el modelo universitario moderno se desarrolló a lo largo de la Edad Media y el Renacimiento en Europa, y desde entonces ha evolucionado y se ha expandido por todo el mundo. 

En el plano intelectual, la universidad debe ocupar ese papel protector de mujeres y hombres, debe facilitarles aquellos elementos culturales que lo hagan crecer interiormente. Como decía el programa de la Institución Libre de Enseñanza a finales del siglo XIX, la educación debe, además de facilitar una formación profesional, de preparar científicos, literatos, abogados, médicos, ingenieros… “pero sobre eso, y antes que todo eso, hombres y mujeres capaces de concebir un ideal, de gobernar con sustantividad su propia vida y de producirla mediante el armonioso consorcio de todas sus facultades”. A esta finalidad apunta la expresión latina “alma mater”, aplicada a la Universidad. 

La Universidad en México 

La Real y Pontificia Universidad de México fue su primera universidad, creada por Carlos V mediante una cédula real el 21 de septiembre de 1551 y su inauguración tuvo lugar el 25 de enero de 1553. Inicialmente, se llamó Real Universidad de México. 

Esta institución educativa se organizó a imagen y semejanza de las universidades europeas de tradición escolástica, especialmente la Universidad de Salamanca. La denominación “pontificia” se agregó unos años después por orden del Papa Clemente VIII, en reconocimiento a los estudios con orientación religiosa que se impartían. 

Logo de la Real y Pontificia Universidad de México 

La Real y Pontificia Universidad de México estaba dividida en facultades mayores (teología, leyes, cánones y medicina) y una facultad menor (arte). También se impartían cátedras sueltas, como astrología, matemáticas, retórica, gramática y lenguas indígenas. Aunque la universidad estaba abierta a todos, la mayoría de los estudiantes eran españoles o criollos. 

Durante más de 300 años, la universidad luchó para evitar diferentes intentos de cierre y permaneció abierta. Sin embargo, finalmente, el 30 de noviembre de 1865, Maximiliano de Habsburgo cerró la institución. A pesar de su cierre, la Real y Pontificia Universidad de México dejó un legado importante como la primera universidad en el continente americano y el antecedente directo de la UNAM. 

LAS INSTITUCIONES UNIVERSITARIAS 

El objetivo primordial debería ser que se establezca un marco inicial para el apoyo y la certificación que abarque todo el espectro social, desde los niveles más elementales hasta aquellos considerados privilegiados intelectualmente. Es crucial que estos últimos reconozcan el potencial social en aquellos de capacidades intelectuales diversas, quienes actualmente son marginados y olvidados por nuestra sociedad. Se les debe ofrecer la oportunidad de desempeñar roles en los que puedan sentirse eficaces y eficientes, contribuyendo así a su dignificación. 

Hasta la fecha los responsables del control docente se han encasillado en tablas creadas por ellos, sin ningún fundamento ni pedagógico ni científico, como debe ser la enseñanza; y no puede seguir siendo así, porque nuestras ciencias sociales no priorizan coeficientes intelectuales, todo lo contrario, han sido creadas para mejorar el bienestar de toda la sociedad. 

Para poder lograr el objetivo social para la que fueron creadas las Instituciones del control educativo, además de unas miras sociales y científicas, precisa de una reestructuración psicológica del trabajo, protocolizando todos los procesos y procedimientos, expresando el total y absoluto respeto y apoyo a las instituciones que formar parte de ese motor innovador de la Universidad. 

La enseñanza y certificación de habilidades básicas para profesiones como la minería, la agricultura, la ganadería, la mecánica y otras ocupaciones con riesgos laborales pueden integrarse en el sistema universitario de varias maneras: 

Programas Vocacionales y Técnicos: Las universidades pueden ofrecer programas de educación técnica y vocacional, específicamente diseñados para capacitar a los trabajadores en habilidades prácticas necesarias para su campo. Estos programas podrían incluir cursos prácticos, pasantías en el lugar de trabajo y formación en seguridad laboral. 

Certificación y Acreditación: Las universidades pueden trabajar en colaboración con organizaciones industriales y agencias gubernamentales, para desarrollar programas de certificación reconocidos en la industria. Estos programas podrían abarcar desde la seguridad en el lugar de trabajo hasta las habilidades específicas del oficio, y las universidades emitirían certificados a los graduados que demuestren competencia en estas áreas. 

Investigación y Desarrollo: Las universidades pueden llevar a cabo investigaciones en seguridad laboral, técnicas de trabajo seguro, desarrollo de tecnologías y equipos más seguros para las industrias de alto riesgo. Estas investigaciones pueden influir en las prácticas laborales y contribuir al desarrollo de estándares de seguridad. 

Programas de Educación Continua: Las universidades pueden ofrecer programas de educación continua y de actualización profesional para trabajadores que ya están empleados en industrias de alto riesgo. Estos programas podrían centrarse en nuevos avances tecnológicos, regulaciones de seguridad actualizadas y mejores prácticas laborales. 

Colaboración con la Industria: Las universidades pueden establecer asociaciones con empresas y organizaciones industriales para garantizar que los programas de formación se alineen con las necesidades y demandas del mercado laboral. Estas asociaciones pueden facilitar la colocación laboral de los graduados y asegurar que estén preparados para enfrentar los desafíos del mundo laboral. 

En resumen, las universidades pueden desempeñar un papel importante en la formación y certificación de trabajadores en industrias de alto riesgo, alimenticias, de construcción, de minería, de seguridad, etc. integrando programas educativos prácticos, colaborando con la industria y enfocándose en la investigación y el desarrollo de mejores prácticas laborales y seguridad en el trabajo. 

Basta fijarnos la formación en materia de seguridad, en la que podemos encontrar los mismos registros desde hace décadas, por lo tanto la seguridad sigue sin adaptarse a las necesidades actuales. La formación en seguridad precisa de estudios como: 

  • La Gestión de crisis humanitaria 
  • Las Tecnologías aplicadas a la seguridad 
  • La Seguridad industrial 
  • La Seguridad internacional 
  • La Seguridad privada 
  • La Dirección de seguridad 
  • El Análisis de las conductas violentas 
  • La geoestrategia hemisférica 
  • La seguridad hemisférica 
  • La Inteligencia artificial 
  • El Investigador privado 
  • La Metodología de la investigación criminal 
  • Los Protocolos en escenarios criminales 
  • La Seguridad estatal y municipal 
  • Las Tecnologías forense 
  • Áreas actuales e imprescindibles para los enfoques y buenas prácticas de la Seguridad y que, actualmente están orilladas del proyecto educativo en México. 

ALFREDO PIERA PELLICER, RECTOR UNIVERSIDAD LUCIA BOTIN

Social Share Buttons and Icons powered by Ultimatelysocial