Por Staff Expo Seguridad México*
En las últimas décadas, con el propósito de extender globalmente sus relaciones comerciales nuestro país ha conformado una red de 14 Tratados de Libre Comercio con 50 países (TLCs), además de 30 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones (APPRIs) con 31 países o regiones administrativas, y 9 acuerdos de alcance limitado (Acuerdos de Complementación Económica y Acuerdos de Alcance Parcial) en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI)[1].
Desde luego, hay países que tienen tratados comerciales similares y buscan competir en los mercados en donde México participa. Por ejemplo, Tailandia tiene 38 acuerdos, Vietnam 27, Indonesia 41, por citar algunos. Son países competitivos, pero a ellos les cuesta entre 11,000 y 11,600 USD mandar contenedores al mayor mercado del mundo, que es EUA, en tanto que enviarlos desde nuestro país el costo es de 3,800 USD, es decir, la cuarta parte, y este es uno de los beneficios por los que el nearshoring debe aprovecharse en nuestro territorio.
Valga como ejemplo de esos beneficios el hecho de que México logró un hito al superar a China como el principal exportador hacia Estados Unidos en el año 2023, y es que el comercio mexicano hacia ese país ascendió a 475.6 mil millones de dólares, lo que representó un aumento del 4,6% en comparación con el año anterior. En contraste, China experimentó una disminución del 20% en sus exportaciones, con una cifra de 427 mil millones de dólares[2].
El desafío de seguridad
Cabe señalar que el 90% de los bienes comercializados globalmente viajan sobre el mar, y debido a que está creciendo la demanda mundial del transporte de mercancías, se prevé que el volumen del comercio marítimo se triplicará de aquí al 2050[3], aunque lo cierto es que el nearshoring nos impone un reto de seguridad muy importante, ya que los delitos que están afectando el transporte de mercancías bajo otra modalidad, como el auto transporte, se efectúan con violencia.
El dato no es menor; de acuerdo con la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, el transporte ferroviario y el autotransporte son las principales formas de movimiento de carga en México, ya que juntos representan el 69.8% del total de toneladas transportadas. Específicamente, el autotransporte distribuye el 56% de la carga nacional[4].
Para enero de este año, se habían recibido cerca de 118 mil contenedores que llegaron de China, con distintas mercancías y diferentes destinos, lo cual exige una estrategia de envío a través de nuestro mapa carretero; el problema son los riesgos de seguridad, los mismos que también afectan a todas las demás mercancías que llegan de otros países, además de lo propio que se produce en México, como es el caso de los alimentos.
El problema es que, de acuerdo con la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular, durante 2023 se registraron más de tres mil 395 robos vehiculares en el territorio nacional, y el 50 por ciento de ellos correspondieron a vehículos pesados; este dato muestra un incremento de 7.5 por ciento con relación al 2022, cuando hubo 1,580 casos.
La inseguridad, entonces, puede afectar al desarrollo de nearshoring, ya que las empresas requieren contar con transporte seguro por los caminos de nuestro país, y si bien es cierto que a las autoridades les corresponde diseñar estrategias de protección a través de sus diferentes cuerpos de seguridad, las empresas deben enfocarse en cumplir con la normatividad vigente, las regulaciones exigidas, los permisos, autorizaciones, y la observación de estándares internacionales, lo cual les ayuda a protegerse.
El detalle es que, en México, solamente uno por ciento de las empresas ha incorporado estándares internacionales, normas ISO, o de la NFPA, pero como tampoco hay organismos suficientes para obligar a que la normatividad entre en vigor, entonces las empresas deben convertirlas en prácticamente obligatorias y de referencia, aunque no sean oficiales.
Y es que cuando se habla de riesgos y de prevención, los estándares internacionales se vuelven muy relevantes, porque obligan a realizar el análisis de riesgo, aplicar normas como la ISO 31000, que proporciona un enfoque común para gestionar cualquier tipo de riesgo, o la ISO 28000, que se orienta a la gestión de seguridad de la cadena de suministro; estas prácticas contribuyen a disminuir los riesgos y a configurar un ambiente más seguro para el nearshoring.
Esa es parte de las ventajas de atender eventos como Expo Seguridad México, que difunde buenas prácticas y promueve las ventajas de aplicar estándares internacionales que disminuyen los riesgos en puestos claves de logística y de la cadena de suministro. Esto se complementa con el uso de tecnología avanzada basada en Inteligencia Artificial para trazar mejores y más seguras rutas de transporte; hay forma de disminuir los riesgos, pero hay que saber cómo hacerlo.
Jorge Morales García