LA ENTOMOLOGÍA FORENSE

Autor: José Alfredo Piera Pellicer

Entomología Forense se divide en 3 áreas judiciales:

·   Entomología Urbana y Rural: plagas de insectos

·   Entomología de Productos Almacenados: insectos en alimentos, tanto vivos como muertos

·   Entomología Cadavérica: La encargada de estudiar la colonización y sucesión de los insectos sobre el cadáver.

En la publicación de Los insectos y la putrefacción de los cadáveres del Prof. Teodoro Ríos en 1902, se recopila toda la fauna cadavérica conocida, sin utilizar el trabajo de Mégnin, presentando a los necrófagos como la secuencia de aparición de los diferentes grupos de especies. Verificado con suidos, se ajusta a la realidad del tótum revolútum invasora en el cadáver. Aunque la fauna ha cambiado, no en lo referente a las especies, sino en cuanto al ecosistema que se pueda encontrar en el cadáver.

La Entomología Cadavérica, es la ciencia encargada de estudiar el hábitat que forma un cadáver dentro de un ecosistema dado.

Todo ser vivo en el momento de su muerte inicia un nuevo proceso de vuelta atrás, o sea, si se inicia todo ser por el cigoto y tras progresivas multiplicaciones celulares forman el ser uno e indiviso, en el momento de la muerte ocurre una regresión, o sea, ese ser uno e indiviso se descompone fraccionándose en las partes o elementos iniciales que lo componen, el resto se desintegra gradualmente hasta que sus estructuras ya no son reconocibles y sus complejas moléculas orgánicas se hayan fragmentado.

Putman indica: “este es un proceso que comporta la liberación de energía y la mineralización de los nutrientes químicos, convirtiendo los elementos orgánicos en inorgánicos”. Este claro proceso de conservación de la energía es lo que conocemos como proceso de descomposición, que lo dividimos en dos fases: destrucción y degradación de la materia orgánica.

Putrefacción. Es una reacción química de degradación de materia orgánica producida por microorganismos

El proceso de destrucción es característico por producir el fraccionamiento del resto orgánico, mediante medios mecánicos, de tal manera que al final del proceso se obtienen las partículas de pequeño tamaño, para dar paso a la degradación. El proceso de destrucción se produce al descomponerse el cadáver, al que acude la fauna entomológica para producir el adecuado fraccionamiento y se pueda dar paso a la degradación.

Autolisis, Rigor Mortis, Putrefacción y Olor

Pero también en ocasiones estos pasos no existen de forma directa, sino por medio de los animales de rapiña que pueden, en épocas frías, utilizar el cadáver para su supervivencia como si de un animal de caza se tratara y se convertirían en los excrementos de sistemas digestivos de carnívoros; por ciertos sistemas muy evolucionados y difícil obtención de hallazgos.

Con el conocimiento adecuado del Hábitat y de la etología de los insectos colonizadores podremos obtener información importante:

·   establecer si un cuerpo ha sido trasladado

·   determinar el tiempo post mortem

·   identificar la presencia de determinados compuestos químicos, entre otros

Son elementos indispensables para el buen desarrollo de una investigación, permitiendo reconstruir la cronología del suceso. Para poder realizar esta tarea es necesario tener un conocimiento detallado del ciclo de vida de las especies necrófagas, así como de las modificaciones que sufren sus respectivos ciclos de vida ante las variaciones de las condiciones ambientales (temperatura y humedad) en las que se desarrollaron.

Teniendo siempre presente que los recursos tróficos dentro de un cadáver varían geográficamente, ya que, a excepción de algunas especies cosmopolitas, cada región presenta su propia entomofauna necrófaga especializada, aunque los niveles taxonómicos superiores se mantienen constantes.

Si conocemos detalladamente el ciclo de vida y su etología podremos, a tenor de la zona geográfica en cuestión y de la época del año, determinar los datos necesarios. Teniendo en cuenta que pueden existir circunstancias adversas muy a tener en cuenta.

Por ejemplo, en México además de tener una Entomofauna muy diversa, es diferente en el Estado de Chihuahua que, en el Estado de Chiapas, siendo mucho más acentuada esta diferencia en la etapa invernal. Un cadáver en invierno en Chiapas puede ser descompuesto por los insectos de la zona, de forma más lenta que en los meses estivales; pero podrán actuar. En cambio, en el Estado de Chihuahua resultará prácticamente imposible su actuación; es más, probablemente sea descubierto el cadáver por los animales de rapiña mucho antes que puedan actuar los insectos.

Como ya hemos indicado, el frío retardará considerablemente la descomposición del cuerpo y dará mayor margen de tiempo a los animales de rapiña para localizarlo y actuar como si se tratara de un animal cazado por ellos. También cabría la posibilidad de pensar en alguna excepción.

Si el cadáver estuviera situado cerca de alguna casa habitada, protegido de posibles ventiscas y durante el día calentado por el sol, los dípteros a pesar del invierno, si las condiciones climáticas del hogar fueran óptimas y si puntualmente durante unos días el tiempo fuera favorable podrían emigrar estos dípteros fuera del hogar e invadir el cadáver.

Esquema que representa el recorrido larvario, hasta llegar a la caja torácica, donde se generará una energía calórica que no se disipará, por lo que será mayor que la temperatura ambiental. Importancia para tener en cuenta cuando se calcule la data de la muerte.

La colonización de cadáveres. Por parte de la entomofauna necrófaga es ordenada. Los primeros en llegar son los dípteros califóridos y múscidos que acuden a las pocas horas a depositar los huevos. Posteriormente, son los dípteros sarcofágidos que, junto con especies de los dos grupos anteriormente mencionados, depositan sus larvas o huevos sobre el cadáver. Los principales predadores de estas larvas son los coleópteros estafilínidos, histéridos y sílfidos, si bien todos ellos son también necrófagos. Cuando las vísceras comienzan a descomponerse, acuden a las partes líquidas los dípteros fóridos, drosofílidos y sírfidos. Por último, las larvas o adultos de coleópteros derméstidos, escarabeidos y cléridos comen las partes queratinizadas y las orugas de tineidos Lepidoptera se alimentan de los pelos.

Los insectos descomponedores de cadáveres por excelencia son los dípteros, fundamentalmente las familias Calliplioridae, Muscidae y Sarcophagidae. Si bien los adultos pueden alimentarse de los fluidos del cadáver, son las larvas los organismos verdaderamente descomponedores gracias a las secreciones enzimáticas que producen y que ocasionan la lisis de los tejidos que actúan de caldo de cultivo para los microorganismos.

La importancia de los dípteros se centra fundamentalmente en los meses de verano y otoño como consecuencia de su fenología, pudiendo tener mayor importancia los coleópteros durante parte de la primavera. El ciclo de vida de la mayoría de las especies de dípteros es similar.

Otro papel importante de las larvas que están consumiendo un cuerpo es que incorporan a sus tejidos restos de compuestos químicos presentes en el individuo, como barbitúricos, cocaína, anfetaminas e incluso venenos. Estos tejidos pueden ser analizados para detectar esas sustancias. Este tipo de estudios retoma importancia en aquellos casos en que el cuerpo se encuentre en avanzado estado de descomposición o cuando carece de sangre y no es posible realizar el análisis toxicológico de rutina.

Estudio comparativo entre el ecosistema y el cadáver. Teniendo una idea concebida de lo que significa el cadáver en un entorno, que lo denominaremos E, –ecosistema– y al cadáver H-Habitat

El ecosistema sería un conjunto de factores:

·   abióticos como: humedad, temperatura, vientos y

·   propios como: tipo de terreno, viviendas cercanas, vertederos cercanos – o estar el cadáver sobre el vertedero- proximidad a corrientes de agua –puede ser dulce o salada, cercanías a caminos, a prados, etc.

Todo este ecosistema denominado por nosotros conjunto E y todos sus factores serían subconjuntos de E, con notable influencia sobre los factores bióticos H, tanto por el grado de celeridad de la descomposición, como por las especies que actuarán directamente y por las especies secundarias cuya influencia no es directa sobre H, sino sobre las especies que actúan sobre H. Así pues, quedará establecido que el viento sería un subconjunto que podremos denominar E1 y el tipo de terreno E2 y así sucesivamente, quedando de la siguiente manera: E1 + E2 +…… >E

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