Tras una serie de foros y encuentros desarrollados en Nueva York, San Francisco y Los Ángeles, las y los voceros de la Cumbre por la Paz han llegado a tierras mexicanas. A través de dos foros ciudadanos en Tijuana y en Morelos, activistas de ambas naciones continuaron los diálogos preparatorios para construir la agenda conjunta, camino a la Cumbre Por la Paz el próximo mes de febrero de 2023.
En ambos foros se identificaron las problemáticas comunes en ambos lados de la frontera, las demandas que podrían significar puntos de encuentro y las exigencias que se entregarán a los gobiernos de México y Estados Unidos en 2023. Entre las preocupaciones comunes están el tráfico de armas, la generación de violencia, las políticas migratorias y la regulación de drogas, así como las necesidades de justicia y de presentación con vida de las personas desaparecidas en toda la región.
Marco Castillo, codirector de la organización Global Exchange, señaló que “desde Tegucigalpa hasta Washington existen luchas comunes pero los gobiernos deciden las políticas públicas sin consultarnos, deciden si suben los precios de los alimentos o no. ¿Cuándo vamos a tener una relación entre las luchas de la región?”.
También comentó que “El caso de Ayotzinapa es un ejemplo de cómo nuestras luchas están conectadas. A este caso lo atraviesa el tráfico de armas, el tráfico de drogas, la discriminación de las comunidades indígenas y la violencia que viven las personas migrantes.”
Estos encuentros han representado la unión de voces defensoras de la tierra y el territorio, defensoras de las mujeres indígenas y trabajadoras del hogar, de las y los periodistas, de personas migrantes y LGBTQ+.
Viridiana Mendoza, del colectivo de búsqueda Hasta Encontrarte, el cual pertenece a la Brigada Nacional de Búsqueda y a la Red de Enlaces Nacionales, señaló que, si la violencia se entreteje entre sí, por qué no también las luchas que resisten. “Vivimos una crisis de personas desaparecidas extrema, imagínense el Estadio Azteca lleno pero de personas desaparecidas”.
Además, señaló que las desapariciones son racializadas, porque si desaparece una persona morena y pobre, no se le busca, en cambio sí desaparece una persona blanca y rica, se hace viral su caso y se le busca.
Iakowi:he’ne’Oakes, mujer Mohawk y representante del Centro de Indígenas de Norteamérica de Nueva York, señaló que históricamente las y los niños indígenas han sido obligados a olvidar sus lenguas y su cultura para ser incorporados a la cultura occidental, pero que esta conversión no ha sido pacífica. Ha sido muy violenta y esto también ha pasado en los demás territorios de la región.
Ivan Martínez, representante de Tejiendo Luchas, especificó que existe una violencia sistemática en la militarización de los territorios, misma que ocurre por la vía legal o por la presencia de grupos armados criminales.
Lili Valadez, prensa internacional