El 10 de agosto del 2018, Alfonso Durazo, actual Gobernador de Sonora y quien fungió como secretario de Seguridad Federal en el primer bienio del presente sexenio, tuiteó lo siguiente: “Textualmente, la estrategia de seguridad tendrá como meta reducir entre 30% y 50% el número de homicidios en los primeros tres años del gobierno de AMLO”.
Han transcurrido tres años y medio, equivalentes al 59% del sexenio, veamos en donde nos encontramos frente a aquella declaración.
Acorde al portal TResearch, la administración del presidente López Obrador ha acumulado un total de 120,174 homicidios dolosos al viernes de la semana pasada, y siendo que el mes de mayo cuenta con un promedio de 80.1 asesinatos por día (informeseguridad.cns.gob.mx), esto significa que, para el próximo jueves o viernes, los homicidios intencionales del presente sexenio habrán rebasado a los 120,563 acontecidos en la administración del expresidente Calderón.
Para los detractores del régimen, esta será una nota que causará revuelo. Seguramente escucharemos pulular frases como “la Guardia Nacional fracasó”, “no hay estrategia, solo improvisación”, “no cumplió su promesa de reducir los muertos”, entre otras tantas que podría escribir. Por otro lado, los partidarios de la Federación defenderán lo hecho al día de hoy, “estas cosas no se arreglan en un par de años”, “que sigan los abrazos y no los balazos”, “se respetan los derechos humanos y ya no hay masacres”, “Calderón inició una guerra absurda”, etc.
La verdad es que, poniendo de lado filias y fobias, esta es una pésima noticia para absolutamente todos los que vivimos en este país. La frialdad de los números no da margen para otra cosa que la cruda realidad (sin importar las interpretaciones subjetivas de un lado o del otro), es como subirse a la báscula para comprobar si la dieta y el ejercicio funcionaron…o no.
Tristemente la realidad es implacable y se impone. El domingo 1 de mayo se reportaron 112 asesinatos, siendo el día más cruento del presente año y el sexto más sangriento del sexenio. Que cada quien saque sus propias conclusiones acerca de lo que “la báscula” nos está mostrando.
Desafortunadamente para México, es claro que, a este paso y haciendo un sencillo ejercicio de prospectiva, para septiembre del próximo año, rebasaremos los 156,066 homicidios dolosos del sexenio del expresidente Peña Nieto. Y de seguir así, López Obrador cerrará su administración con una cifra que rondará los 200,000 asesinatos.
Raymundo Riva Palacio publicó en su columna del 3 de mayo que funcionarios federales habrían revelado que el presidente dio instrucciones para contratar los servicios de consultores y expertos externos para que contribuyan a la reducción de la tasa de homicidios dolosos para el resto de su administración.
Para la elección presidencial del 2024, la bandera de la seguridad (o de la inseguridad) ondeará en absolutamente todos los mástiles de los partidos políticos y de las organizaciones civiles, ya sea denunciando ineficacias y efectos negativos o presumiendo resultados y pidiendo más tiempo para llegar a la ansiada meta.
Vale la pena mencionar que no todo es blanco o negro, y así como hay estados como Zacatecas o Guanajuato envueltos en una espiral, aparentemente imparable, de violencia criminal, también tenemos mejorías notorias en grandes urbes, siendo una de ellas la Ciudad de México.
Para finalizar, este tema es de tal importancia, que López Obrador reconoció que, si no lograba la pacificación de México, no podría “acreditar históricamente su Gobierno”. Ahí están las cifras y una proyección de estas. Por el bien de todos, ojalá y me equivoque.
POSTDATA – Acorde a datos del Observatorio Nacional Ciudadano, en el sexenio de Calderón desaparecieron 16,902 personas, en el de Peña Nieto 35,079 y en el presente sexenio poco más de 58,000 personas.
Carlos Seoane