Preámbulo
La conmemoración del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo, surgió a raíz de una huelga que tuvo lugar en Nueva York en 1908 donde perdieron la vida 129 mujeres que exigían mejores condiciones laborales, una jornada de trabajo equilibrada y un salario justo.
Han pasado más de cien años y las exigencias de las mujeres siguen siendo las mismas, a las que se suma el respeto en los hogares, en el transporte público, en la calle, y un basta a la violencia en su contra.
En este marco consideramos urgente visibilizar y atender las brechas que persisten en materia laboral, social y económica. Además, consideramos necesario reafirmar nuestro compromiso de promover acciones desde el sector patronal que abonen a que más mujeres puedan emprender, acceder a mejores puestos de trabajo, y ocupar espacios de liderazgo dentro del sector empresarial y social.
Brechas persistentes en lo laboral, económico y social
Brecha laboral: Los datos del INEGI sobre el mercado laboral muestran que no se están ofreciendo las condiciones necesarias para que las mujeres puedan tener un desarrollo pleno en el ámbito profesional.
▪ Mientras que sólo 4 de cada 10 mujeres en edad de trabajar lo hacen, la cifra para los hombres es del doble con 8 de cada 10.
▪ El potencial de las mujeres está desaprovechado: hay 4.6 millones de mujeres que podrían trabajar pero que no encuentran opciones laborales que cumplan sus necesidades o expectativas (la cifra de hombres es de 2.8 millones).
Brecha salarial:
▪ En la formalidad, en promedio, los hombres ganan 14% más que las mujeres.
▪ En la informalidad, además de no contar con prestaciones sociales, algunas cruciales para su vida cotidiana como guarderías, las mujeres enfrentan, en promedio, una brecha salarial del 43% . Sin embargo, esto se agrava cuando vemos que ingresar a la formalidad es más complejo para las mujeres, al presentar una tasa de informalidad mayor que la de los hombres.
▪ La brecha salarial se puede explicar porque sigue siendo más difícil que las mujeres puedan acceder a puestos de mayor jerarquía que impliquen mayores salarios. Además, vemos que la brecha salarial en la formalidad crece conforme las mujeres se convierten en madres, porque no se están ofreciendo las condiciones para que las mujeres puedan coordinar las labores de cuidado con el ámbito profesional.
▪ En este sentido, la inequidad en la distribución del trabajo no remunerado implica un obstáculo para la inclusión de las mujeres en el mercado laboral. Las mujeres dedican el triple de horas a la semana a las labores domésticas y de cuidado. La aportación de las mujeres a estas labores representa el 20.2% del PIB.
El Estado tiene mucho que aportar
Políticas públicas a su favor: En 2020, se aprobó de forma unánime por la Cámara de Diputados elevar a rango constitucional el derecho al cuidado, con lo que se reconoce que el Estado es el principal responsable. En este sentido, resulta preocupante la reciente decisión por parte del gobierno federal de eliminar el Programa de Escuelas de Tiempo Completo. No solo se trataba de un programa que mostró ser exitoso al proveer un espacio formativo y de alimentación a 3.6 millones de niños y niñas, sino que representaba una oportunidad para que las madres o cuidadoras pudieran extender su vida productiva y compartir labores domésticas con el Estado. De hecho, hay estudios académicos que mostraban que esta política estaba incrementando el ingreso promedio y horas de trabajo de las madres.
No hay argumento de austeridad que justifique el retroceso que esto implica para la reducción de las brechas de género. Celebramos que algunos gobiernos locales como el de Ciudad de México y Querétaro hayan anunciado que mantendrán sus Escuelas de Tiempo Completo.
No debemos voltear la mirada, urge atender la violencia contra las mujeres: el contexto de violencia debe de ser atendido de forma decidida y urgente. Durante enero de 2022, hubo en promedio, 10 asesinatos de mujeres al día. Más aún, este fenómeno no es un hecho aislado, sino que se extiende en todo el territorio nacional. En 2021, hubo al menos un feminicidio en 1 de cada 5 municipios del país (439 municipios). Por su parte, en enero 2022 se registró la incidencia más alta de violencia de género y de violación para un mes similar desde que inició el registro (2015).
El llamado y acciones de COPARMEX
Sin duda, las brechas entre mujeres y hombres deben de cerrarse con acciones desde diversos ángulos. Por nuestra parte, asumimos que las empresas tienen un rol fundamental para poder contar con un mercado laboral con mayor equidad.
1. Acciones decididas a favor de la equidad e inclusión en el contexto empresarial, económico y social: Hay que dar el ejemplo y empezar en casa. En los últimos cuatro años, en COPARMEX pasamos de tener 7% de Consejeras Nacionales a 22%. Además, estamos implementando el Protocolo de prevención y actuación ante conductas de acoso y hostigamiento sexual y laboral, desarrollado por el Boston Center for Latin America.
2. Justicia en materia laboral: Hay evidencia de acciones concretas que pueden llevar a cabo las empresas para promover la inclusión de mujeres en más y mejores puestos de trabajo. Estas incluyen la implementación de: Comités de Inclusión en las empresas, procesos de selección y reclutamiento con perspectiva de género, y beneficios para el balance de la vida privada y laboral, entre otras. Desde Coparmex estamos impulsando y acompañando a nuestras empresas socias de todo el país para que puedan avanzar en la implementación de estas medidas.
3. El gobierno tiene que ser un aliado de las mujeres: La implementación de políticas y programas públicos que impulsen a las mujeres es necesario. Por las mujeres y los niños debe revertirse la desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo. Pero también impulsar a las mujeres emprendedoras podría aumentar su participación en el mercado laboral. Las mujeres propietarias contratan más mujeres, aproximadamente dos mujeres remuneradas por cada hombre. El gobierno debe asumir su rol como principal responsable de un sistema de cuidados de calidad. Más aún, podría generar incentivos fiscales para las empresas que implementen políticas de balance vida-trabajo. Así mismo, una normatividad efectiva referente al teletrabajo será crucial para que las mujeres puedan acceder a opciones más flexibles en la formalidad.
En COPARMEX tenemos claro que las mujeres quieren simplemente piso parejo y las mismas oportunidades que los hombres, quieren vivir en paz sin sufrir acoso o violencia, quieren que nada acote sus posibilidades de desarrollo. En COPARMEX creemos en las mujeres y estamos con ellas; y tenemos claro que las empresas podemos y debemos ser factor de cambio para su integración. Garantizarles mejores condiciones de vida es posible con voluntad, empatía y sumando esfuerzos.
COPARMEX