Implicaciones emergentes de la videovigilancia en el sector de oil & gas

La importancia del petróleo en América Latina radica no sólo en que es el principal insumo de la energía comercial en todos los países, sino también en que es la primordial materia prima que se produce y exporta en la región. El petróleo y el gas natural proporcionan aproximadamente las ocho décimas partes de la energía comercial que necesita el continente, sin embargo, el impacto económico que trajo consigo la pandemia que ha azotado al mundo desde 2020, marcó un precedente en el sector energético y, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPE´P), las demandas de crudo han disminuido un 30% en comparación con el año 2019.

Dentro de las estrategias de recuperación del sector energético se espera que busque solventar dos principales retos, el primero de ellos es gestionar los problemas de sanidad en los trabajadores; y el segundo es atender la necesidad de proteger los activos, las operaciones y aumentar la productividad, con el fin de fomentar el desarrollo. Tomando como base esos dos retos, es de vital relevancia destacar las aportaciones de la vigilancia IP en el impulso de las infraestructuras críticas.

Según Mariano Vega, Regional Sales Manager para el sur de Latinoamérica en Axis Communications, las tecnologías de video en red buscan adaptarse a los planes de rendimiento y seguridad de las industrias para ofrecer un enfoque holístico, que permita reducir los costes derivados de los tiempos de inactividad y de la seguridad física, además de mitigar riesgos que podrían suponer una amenaza, tanto para la plantilla como para el medio ambiente.

Una necesidad inherente de la industria es generar planes de contingencia, que vayan más allá de los tradicionales, pues, aunque deben prever eventos como desastres naturales, incidentes cibernéticos e interrupciones del suministro eléctrico, entre otros, generalmente no consideran cuarentenas extensas, o restricciones adicionales que pueden ocurrir en caso de una emergencia sanitaria, como el COVID-19. Esto se ha convertido en la clave de la continuidad de las operaciones, porque garantizar la salud de las personas ayudará a mantener la productividad.

Para entender cómo funciona la tecnología, el experto de Axis, Mariano Vega, comenta que el análisis inteligente presente en las cámaras de video ayuda a identificar a las personas que no porten el equipo adecuado para laborar, ya sea cascos, botas de seguridad, cubre bocas, etc. Además, detecta el aforo para que se cumpla con la norma de distancia entre las personas.

“Es importante mencionar que las cámaras no actúan por sí solas, fungen como una herramienta ideal de apoyo para los encargados de protección civil o vigilancia. Las soluciones son diseñadas con base en las necesidades del entorno, los objetivos de la empresa y con un enfoque de largo plazo para garantizar la adaptabilidad del sistema ante nuevas necesidades de monitoreo”.

Las tendencias de videovigilancia están catalogadas como una de las formas más eficientes de proteger las actividades de la industria energética en todas sus etapas, desde las plataformas de prospección y los pozos de petróleo a los parques de depósitos y plantas de tratamiento, pasando por oleoductos y refinerías. Por ejemplo, donde son frecuentes las condiciones climáticas extremas, los entornos de trabajo peligrosos y las ubicaciones remotas y sin personal, se necesita el respaldo de un sistema de vigilancia fiable para tener pleno conocimiento de la situación en todo momento.

Las cámaras a prueba de explosiones son un ejemplo de los avances que ha tenido el mercado de videovigilancia para el sector del petróleo y gas, ya que están certificadas para entornos potencialmente combustibles de acuerdo con todos los estándares locales e internacionales aplicables. De igual forma, ofrecen la protección de áreas peligrosas, resguardándolas de intrusiones, monitorizando las operaciones y vigilando la infraestructura.

Las condiciones en que se ha desenvuelto la industria han sido adversas y han marcado las pautas para un nuevo paradigma entorno a la forma en que se previenen riesgos inherentes y externos. Los acontecimientos recientes han producido alteraciones fundamentales en las tendencias de seguridad para el sector energético. En ese sentido, uno de los enfoques disruptivos implica a la videovigilancia como una herramienta de apoyo para garantizar la continuidad de las operaciones, la seguridad de las personas y medio ambiente, además de la prevención y mitigación de riesgos.

La videovigilancia ya cumple con los estándares necesarios para incursionar en el quehacer de las industrias críticas para el desarrollo de la región latina, por lo tanto, es necesaria una renovación del sector energético que contemple un enfoque de seguridad basado en video, análisis y audio en red para impulsar el despliegue del sector, sobre todo en el marco de la tercera ola de la pandemia.

AXIS COMMUNICATIONS

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