La función policial requiere un complejo análisis desde el punto de vista fisiológico y psicológico, debido a las alteraciones que llega a sufrir la función policial. Tales alteraciones llegan a afectar diferentes sistemas y órganos del organismo de los cuerpos de seguridad, que desempeñan distintas actividades dentro de la función policial.
Los ritmos circadianos son los encargados de regular los cambios en las características físicas y mentales, que se llevan a cabo en el trascurso de un día.
El reloj biológico del organismo, es quien controla gran parte de los ritmos circadianos, dicho reloj se encuentra ubicado en la región del cerebro llamado hipotálamo. Este tipo de ritmo lo tienen la temperatura, la alimentación, la actividad motora y el sueño. Su origen es endógeno y tiene mecanismos para sincronizarse con los ciclos ambientales.
Las señales del hipotálamo viajan a las diferentes regiones del cerebro que van a responder a la luz, incluida la glándula pineal, siendo la principal glándula que suspende la producción de melatonina, una hormona que provoca la sensación de la somnolencia.
Los altos periodos de vigilia dentro de la función policial, afecta directamente a los ritmos circadianos, alterando la producción y función de hormonas como la melatonina, el cortisol, la grelina.
Dentro de las principales alteraciones de los ritmos circadianos es la melatonina, es una hormona que se encarga de la regulación de la oscilación entre el sueño y la vigilia. La deficiencia de la melatonina genera altos periodos de letargia y un bajo rendimiento físico.
Por otra parte, el cortisol, la hormona cortisol es una hormona que se produce en la glándula suprarrenal y que sirve para aumentar el nivel de azúcar en la sangre. Cuando esta hormona aumenta se le conoce como hipercortisolismo y produce efectos negativos como el aumento de grasa o incremento de los niveles de presión arterial, siendo una de las principales consecuencias del síndrome metabólico.
La grelina, es una hormona peptídica secretada principalmente por el estómago, responsable de la saciedad y la alimentación. Cuando los niveles de estrés son altos o los periodos de vigilia se elevan, la grelina genera un efecto de hambruna, enviándole señales al cerebro.
Es por ello, que la alteración de los ritmos circadianos afecta directamente a la producción y función adecuada de las hormonas que son responsables del desempeño físico de los cuerpos de seguridad, aumentando los riesgos de desarrollar patologías como la obesidad, sobrepeso, hipertensión arterial, así como afectar el buen desempeño y la calidad de vida.
Elaboró.
Hugo Ruíz