El perfil criminal del Groomer

Introducción

Vanesa García Carbone es Perfiladora Criminal y directora de la División de Criminología, Criminalística y Análisis de la Conducta Criminal, de la Sociedad Argentina de Trastornos de la Personalidad y Psicopatías (SATP). También ejerce como Investigadora Forense en el Observatorio de Cibercrimen y Evidencia Digital en Investigaciones Criminales (OCEDIC), y es Coordinadora Nacional del área de Criminología y Criminalística de Grooming Argentina, entre otras ocupaciones. Además, es autora de los libros “El Perfil Criminal del Groomer” y “El Pederasta Digital“.

Un placer contar con su participación en nuestro medio, Sra. García Carbone

¿Qué es el grooming y, en su evolución digital, el online grooming?

Es el acoso y/o abuso sexual a niños, niñas y adolescentes a través de internet. Desde mi concepción, no es correcto diferenciar el grooming off line y online. El delito de grooming se configura por la utilización de internet, entre otras cosas, pero este delito puede iniciarse y culminar en instancia digital o, por el contrario, trasgredir esa digitalidad y llegar a una nueva fase presencial que dependerá de la motivación del agresor para realizar esa transición. Son dos cuestiones distintas. 

Lo importante es que, hoy en día, el delito de grooming está reconocido por organismos internacionales, como por ejemplo UNICEF y la OMS, como otra modalidad de abuso o agresión sexual contra los niños, niñas y adolescentes. 

Hablamos de una victimización sexual infantil como forma de contacto sexual físico y digital. Los NNA, inicialmente, están siendo abusados sexualmente sin la necesidad de contacto físico, esto plantea un cambio de paradigma en el análisis del fenómeno del delito. Es su integridad sexual la que se vulnera una y otra vez, cuando los inician sexualmente de manera temprana. Las víctimas principales son niños, niñas y adolescentes de 9 a 17años de edad y con un grave daño psíquico que se podría perpetuar a lo largo de los años.

¿Existen estadísticas que nos aporten cifras sobre este delito?

El crecimiento del grooming en los últimos años en Argentina desembocó, en 2013, en la Ley Nacional 26.904, que pena por primera vez este tipo de delitos. Los casos de acoso y abuso, nacidos en las plataformas virtuales, se dispararon durante la pandemia y el fenómeno se profundizó. El Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires detectó un aumento del 30% de las denuncias por grooming, en los primeros dos meses de la cuarentena argentina, entre marzo y mayo de 2020. Los casos también se multiplicaron en todo el país. Cifras muy preocupantes.

Cuando el Gobierno nacional planteó esta cuarentena, marcó un distanciamiento social físico, pero no tuvo en cuenta el plano digital. Argentina ya transitaba por una grave crisis económica y fue uno de los países más golpeados en 2020, no sólo a nivel económico. El miedo al Covid-19, sumado al prolongado confinamiento que decretó el Gobierno Nacional, causaron profundas modificaciones en las conductas humanas.

Claramente, las decisiones tomadas por los distintos gobiernos a la hora de implementar las diferentes estrategias, para mitigar la propagación del virus, y la falta de una acción mundial coordinada, para evitar que la crisis mundial se convierta en una crisis de los derechos de los niños, ha favorecido la acción de los pederastas digitales. El confinamiento forzoso, el aislamiento extremo, en donde se enfrentaron grandes dilemas éticos, como el cierre de las instituciones educativas durante 2020 y principios de 2021, unido al desconocimiento de las familias respecto a las herramientas de seguridad digital en el hogar, influyeron en ello.

Estos resultados son consecuencia directa de las malas decisiones tomadas. La falta de políticas criminales en materia de prevención, han generado un aumento de casos de grooming y de explotación sexual en la infancia, y un aumento en la distribución, comercialización y producción de MASI (material de abuso sexual contra las infancias) fotos y videos de contenido sexual, lo que antiguamente y mal se conocía como pornografía infantil. Sin duda, con otras decisiones durante esta crisis sanitaria, se podrían haber reducido los casos de niños, niñas y adolescentes abusados sexualmente por los pederastas digitales. Pero, desgraciadamente, hoy debemos afrontar esta tragedia mundial. Como efecto de la ausencia total de estrategias sólidas de prevención y de no robustecer las ya existentes. Son, sin lugar a duda, los grandes puntos débiles que aprovecharon esta clase de criminales.

Háblenos, por favor, sobre la Fase digital y la Fase presencial o física.

En mi primer libro: “El perfil criminal del groomer”, hago esta distinción, ya que el grooming no solo opera dentro de un mundo digital, y puede ejecutarse en una o dos fases, dependiendo de la motivación del autor del delito.

Durante la Fase digital, el groomer puede ser completamente agresivo y violento o dar un trato aparentemente agradable. Dependiendo de su motivación, conocer al niño, niña u adolescente en persona, podría convertirse en su objetivo principal. Y de ser así, se verá obligado a pasar a una nueva fase, la “Fase presencial” o física”.

En la “Fase digital”, todo sucede dentro de una comunidad digital, que simula un mundo en el que se interactúa a través de avatares. El delito puede iniciar y culminar en instancia digital o, por el contrario, puede tornarse más complejo y traspasar su propia vida digital. Lo que inicialmente comenzó en un universo digital, puede trasladarse al mundo tangible, en la denominada, “Fase presencial o física”. Es en ese momento cuando el groomer logra un encuentro físico con la víctima, para cumplir con sus más oscuras motivaciones. Por eso mismo, toda seguridad, hoy en día, debe ser digital y física.

¿Qué puede comentarnos sobre el perfil de un acosador?

En primer lugar, me gustaría dejar claro que no sólo hablamos de acosadores sexuales. Hablamos también de abusadores sexuales a través de internet.

No todos los groomer se comportan de la misma manera, ni tienen los mismos patrones de conducta, ni poseen las mismas motivaciones. Conocer en profundidad a quien nos enfrentamos nos asegura una mejor forma y preparación para defendernos.

Según mi investigación en más de 120 individuos autores responsables del delito de grooming, he diferenciado seis categorías en base al estudio de algunas variables. Estos son: el groomer pederasta digital, groomer pederasta, groomer cazador, groomer depredador, groomer sugar daddy / sugar momma y los productores de MASI(material de abuso sexual contra las infancias) Estos últimos se subdividen, según si comercializan o no el material obtenido y si es producción intrafamiliar o no.

El pederasta digital, tal y como como lo denominé en 2019, es el único que no pasa a una fase presencial. No le interesa conocer a la víctima en persona. El delito nace y culmina en la “fase digital” Pero esto no significa que haga menos daño.

Hemos detectado casos de abuso y agresión sexual a través de medios telemáticos, donde estos ciber depredadores sexuales reincidentes, tras contactar con las víctimas, les brindan instrucciones minuciosas sobre lo que deben realizar. Sometiéndolos, amenazándolos, hasta quebrar y vencer su propia resistencia. No sólo obtienen fotografías y vídeos de contenido sexual, sino que, incluso, les obligan a masturbarse.

En ocasiones, han abusado sexualmente de más de un niño a la vez. El abuso comienza con una víctima y luego le solicitan, con minuciosas instrucciones, que sume a otro niño miembro de la familia al mismo acto de abuso sexual, obligándolos a realizar actos sexuales entre sí mientras son filmados. Y todo ello ocurre en sus propios hogares, detrás de una puerta que se cierra. La de un cuarto de un adolescente. Abusó sexualmente de la víctima y jamás llego a conocerla en persona.

El pederasta digital puede utilizar un falso perfil o no, y utilizar el verdadero. Puede ser una persona desconocida o conocida de la víctima o de la propia familia. Mantiene contacto permanente con otros pederastas digitales, con quienes mantiene una relación muy estrecha, con el objetivo no solo de apoyarse mutuamente, sino de intercambiar la mayor cantidad de fotos y videos, como si de una competición se tratase. 

Por otro lado, el grooming puede cometerse en forma individual o en “manada digital”. Me ha tocado analizar casos en los que el agresor no es uno solo. Imaginen que un grupo de agresores sexuales incorporaran a una niña de 10 años a un grupo de WhatsApp, donde participan más de 20 ó 30 pederastas digitales y comienzan un sometimiento, en forma sistemática, con el que lograr que la víctima les envié fotos o videos de contenido sexual, de ella o de su hermanita de 5 años. Llegan a disfrutan mucho más, el sometimiento y el poderío que experimentan en ese contagio emocional que les otorga la vivencia grupal, que las fotos y videos que solicitan a su víctima.

El objetivo del groomer pederasta, a diferencia del pederasta digital, es conocer a la víctima en persona, y sus comunicaciones y diálogos en la red no suelen ser agresivos, escondiendo un claro carácter manipulador para lograr el encuentro físico con la víctima. Esta es elegida por la cercanía a su zona de anclaje, domicilio particular o trabajo, por lo que se entiende que no siempre es un desconocido. Puede ser un miembro de una institución educativa, deportiva, médica. Puede ser un familiar, un conocido o un completo desconocido.

Los groomers cazadores no son groomers tradicionales. Nos encontramos ante delincuentes organizados, que mueven miles de millones de dólares y cuyo objetivo principal es la trata de personas, para lo que utilizan las redes sociales como método de captación moderno.

Y el groomer depredador es el más violento. Puede llegar al homicidio o femicidio, momento en que termina su imaginación sádica previa.

¿Se dan patrones de conducta y fases comunes para poder detectarlo y prevenirlo?

Para realizar la geolocalización de un groomer se analizan patrones de movimiento espacio temporales, con el objeto de poder aplicar medidas de prevención, reducir los índices de criminalidad y evaluar posibles futuras políticas públicas de seguridad.

Los groomers navegan en internet con distintos patrones de conducta, que van perfeccionando y modificando en el tiempo. Las víctimas inciden directamente en esa variación de su modus operandi, ya que no todas reaccionan de la misma forma.

Para llegar a determinar quién es el ente físico que se esconde tras una identidad digital, analizaremos las redes sociales del agresor, sus amistades, qué paginas siguen éstas, qué comentarios y fotografías cuelga, a qué le da un LIKE, sus palabras clave, los # que publica… A través de la lingüística forense. podemos realizar un estudio de sus textos, que nos dirán muchísimo sobre ellos.

Recomiendo a las familias ejercer un adecuado control parental, que no es otra cosa que la supervisión, el cuidado y la protección sobre ellos. Charlar con sus hijos/as sobre los riesgos de internet, conocer qué aplicaciones se descargan… Por cada App que se deja pasar sin supervisar, puede existir un riesgo real para la su vida. Los padres, no son invasivos. Protegen la vida de sus hijos e hijas de quienes quieren lesionar sus derechos, su libertad, su intimidad y su integridad sexual.

¿Cómo puede prevenirse el grooming?

Las oportunidades delictivas del groomer pueden limitarse y disminuirse, lo que produciría un descenso en esta tipología de delito.

Por ejemplo, se podría establecer lo que denomino una “ruta de protección del niño”, con el objetivo de interrumpir el ciclo de la agresión sexual. Para ello, se emplearían “anillos de contención y seguridad”.

El primero estaría formado por su entorno más cercano, por una persona de confianza dentro de su núcleo familiar (madre, padre, tutor); y en el segundo anillo de contención participarían los conocidos, amigos y diferentes equipos interdisciplinarios que rodean la vida del niño (maestros, pediatras, psicólogos, profesores), obteniendo así una completa red segura de contención.

Formar, educar y dar seguimiento permanente a ambos anillos de contención, en base a la valoración del riesgo de este tipo de agresiones sexuales, proporcionarán resultados positivos de prevención en materia de pederastia digital, identificando e interviniendo para lograr reducir los posibles casos.

Eduquemos, formemos y capacitemos en las escuelas a los niños, a los docentes y a sus familias. pero también pensemos en la prevención desde el Estado, creando políticas criminales adecuadas, delineando diferentes estrategias de prevención. Al grooming no se le combate con convenios cortoplacistas, en los que nos sacamos una foto para publicar en los medios y ya está. Necesitamos un plan de acción profundo, en el que debemos innovar si queremos una infancia libre de abusos sexuales a través de internet. Y hablo de prevención. Ni siquiera de reformar la ley. Ya que ello es una cuestión meramente punitiva, que se da una vez que el delito ya sucedió. No sirve a la hora de prevenir. No conozco a ningún delincuente que se ponga a evaluar la cantidad de años que le van a otorgar por cometer uno u otro delito y, en base a ello, se abstenga de realizar la conducta antijurídica y culpable.

¿Qué señales podrían indicarnos que nuestros hijos están siendo víctimas del grooming?

La pandemia y el aumento de la exposición en internet han traído aparejada una clara proliferación de los casos de grooming a nivel mundial. No hay duda de que se ha producido un aumento superior al 30% en la victimización sexual infantil dentro del universo digital en Argentina.

Estadísticamente, la experiencia nos muestra que, durante las crisis, la violencia sexual aumenta. Sucedió ya durante las epidemias del Ébola en 2014-16, Zika 2015/16 y se ha repetido con la pandemia producto del COVID-19 en 2020. Sin lugar a duda, el confinamiento representó para los niños, niñas y adolescentes un peligro mayor. Por eso, este 13 de noviembre, día en que se conmemora el día Nacional de la lucha contra el Grooming, les invito a todos y todas a sumarse a la causa.

Las señales-indicadores enniños, podrían ser:

  • Pasar muchas horas conectado a Internet o utilizando el teléfono móvil.
  • Un cambio repentino e inexplicable en la conducta.
  • Cambio en el sueño. Dormir mucho o poco.
  • Un conocimiento sexual inapropiado para su edad. juegos sexualizados, curiosidad sexual excesiva, constantes preguntas sexuales no apropiadas para su edad, conductas sexualizadas…

Y, en adolescentes:

  • Tener la necesidad de estar siempre disponible en el teléfono móvil, incluso mientras se duerme. 
  • Molestarse cuando es interrumpido cuando está conectado a Internet o utilizando el celular.
  • Cambios en el lenguaje utilizado. Gestualidad.
  • Intentos de suicidio o pensamientos relacionados con el mismo.
  • Automutilaciones.

¿Cómo se debe proceder ante un niño víctima de grooming?

En primer lugar, no se deben adoptar actitudes de tolerancia hacia las ofensas sexuales, porque se desconoce que son un delito y porque están relacionadas con la reincidencia del groomer. No hay que minimizar la situación de abuso sexual, ni el relato de la víctima. Y aunque es muy difícil, es muy importante mantener la cabeza fría. Modelar las respuestas y que éstas sean saludables: actuar con calma, con amabilidad, de forma organizada y respetuosa. Es importante tratar de evitar que las emociones se desborden. Evitar todo tipo de reacciones de enojo y gritos, porque no hacerlo podría dificultar el proceso hacia una posible revelación y aumentar el incremento de estrés en la víctima.

Las formas de actuación, ante una sospecha de grooming, podrían ser las siguientes:

  • Cortar la comunicación con el groomer inmediatamente
  • No bloquearlo en las redes sociales.
  • Guardar evidencia del material, rescatando fotografías, conversaciones, mensajes, dirección del sitio web, etc.
  • No borrar ninguna conversación.
  • Realizar capturas de pantalla que evidencien el proceder del groomer y alojarlas en otro dispositivo.
  • No denunciar al groomer en redes sociales. La denuncia siempre deberá ser penal.
  • Realizar la denuncia inmediata a la policía, Fiscalías o ONGS especializadas y aborden la temática 
  • No minimizar la situación de abuso sexual, ni el relato de la víctima.
  • Recopilar las evidencias conforme a ley, ya que de ser obtenidas en forma ilegal podrían resultar inadmisibles ante un Tribunal.

¿De qué forma se debe proceder para reparar el daño sufrido por el niño?

La reparación del daño debe venir de la mano de profesionales del área de salud mental. Especialistas en infancias y adolescencias, y en formas de abordaje y prevención para el abuso sexual, fundamentalmente, en delitos como el grooming y el MASI.

Por ello, los profesionales deben capacitarse y actualizarse de forma permanente, ya que las consecuencias para las víctimas que han crecido en estas realidades, son muy graves. Sus vidas cambiarán radicalmente, debido a los efectos negativos de las agresiones sexuales, que no sólo alcanzan a las víctimas directas, los niños y adolescentes que las han padecido, sino también a familiares y a la sociedad en su conjunto, como víctimas indirectas.

Estos efectos y consecuencias psicológicas, a lo largo de los años, dejan a su paso niños que, sin el adecuado tratamiento terapéutico, podrían convertirse en adultos con problemas emocionales de todo tipo. Bajo rendimiento académico o abandono de los estudios, problemas laborales, conflictos para relacionarse con el mundo exterior, problemas en sus relaciones de pareja, intentos de suicidio, alcoholismo, drogodependencia, padres que ejercen maltrato físico o emocional… Innumerables efectos negativos que modificarán sus vidas adultas para siempre.

En cuanto al acosador, ¿existen métodos para trabajar en curar su obsesión y facilitar la reinserción de los pederastas digitales?

Recordemos que no hablamos solo de acosadores sexuales sino de abusadores sexuales también. Quedarnos con la idea que los groomers son sólo acosadores, sería tener una mirada reduccionista sobre quiénes son los nuevos delincuentes sexuales del siglo XXI.

En muchos países existen planes integrales para tratar a los presos por abuso sexual contra las infancias. Incluye la aplicación de lo que, comúnmente, se conoce como castración química a través de medicación e inyecciones, como método preventivo de reincidencia. El tratamiento disminuye la producción de testosterona e inhibe el apetito sexual. Pero está visto desde una perspectiva integral. No es sólo una inyección, sino también un abordaje psiquiátrico. Los pederastas no están obligados a someterse a este programa, pero quienes se niegan, pierden beneficios, como la posibilidad de reducir sus condenas y de obtener la libertad condicional.

Acá encontramos la primera grieta, al ser voluntario, no todos se someten y por otro lado encontramos que con tal de salir en libertad, algunos condenados se someten al tratamiento, pero esto no soluciona el problema de fondo ¿Cómo van a controlar estos realmente su vida privada? No se cuentan con estadísticas suficientes para conocer el resultado de estos tratamientos y su efectividad en la población carcelaria. Aún hay mucho por estudiar.

Hemos tenido casos en Argentina, de delincuentes sexuales con salidas transitorias que reincidieron en un nuevo delito contra la integridad sexual, en una niña o adolescente, llegando incluso al femicidio esta vez. Jueces que hacen caso omiso a los informes criminológicos negativos, y permiten las salidas transitorias de todas maneras y la falta de criminólogos en las cárceles está a la orden del día. 

Recientemente ha publicado el libro titulado “El pederasta digital”, con prólogo del criminólogo Raúl Osvaldo Torre. ¿Qué destacaría del mismo?

El desarrollo de la tecnología ha contribuido, sin duda alguna, al progreso de la humanidad. Sin embargo, junto con ella, surgieron nuevas formas de criminalidad. Los pederastas digitales constituyen, hoy en día, una amenaza global para la sociedad moderna. Y, por esa razón, mis investigaciones intentan ser un instrumento de ayuda para los diferentes operadores de justicia y de otras disciplinas, en el momento de encontrarse con la difícil labor de afrontar cuestiones relacionadas con la agresión y la violencia sexual en niños, niñas o adolescentes, a través de medios digitales.

Mi libro aborda también los diferentes aspectos alineados con la problemática del grooming y MASI. Profundiza en los aspectos más complejos de la personalidad de los pederastas digitales, esperando que pueda resultar una herramienta de utilidad para los profesionales dedicados a la protección de la infancia.

Desde una perspectiva biológica del crimen, Neuro criminología y genética, establezco la diferencia entre los pederastas digitales y los pederastas. Escribo sobre qué cuidados hay que tener con los niños, niñas y adolescentes, para mantenerlos seguros de estos delincuentes. Hablo sobre la importancia de la perspectiva de género aplicada a las TICs. También sobre los efectos negativos y el daño ocasionado por el COVID-19, en el capítulo denominado Pederastia digital en tiempos de pandemia, lingüística forense, nuevas modalidades de captación desde un análisis de casos reales y sobre mi experiencia de campo en la materia

Y, para terminar, hablemos sobre la Sociedad Argentina de Trastornos de la Personalidad y las Psicopatías, entidad en la que trabaja.

Somos un equipo multidisciplinar encargado, fundamentalmente, de la asistencia, docencia e investigación en salud mental.

Nuestra tarea docente se da bajo el formato de cursos presenciales, semipresenciales y a distancia, además de supervisiones individuales y grupales en Psicología, Psiquiatría, Criminología, Seguridad y Criminalística, en nuestras sedes y en distintas instituciones de carácter académico, educativo y asistencial.

Brindamos tratamientos ambulatorios individuales y dispositivos grupales en padecimientos en salud mental. Ejercemos esta misma práctica bajo la modalidad domiciliaria y en distintas instituciones, y ofrecemos asesoramiento y confección de evaluaciones e informes en el marco legal y pericial.

Estamos convencidos que el trabajo en equipo es la forma plena de brindar atención de calidad, y nos ponemos a disposición para comenzar un acompañamiento a mejorar nuestra calidad de vida.

Le estoy muy agradecido por atender a nuestro medio en España, Vanesa.

Oscar Etxebarria USECIM España

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