La prisa, frustración, fatiga y complacencia provocan del 90 al 95 por ciento de los accidentes dentro y fuera de las empresas. Para evitar estos accidentes, es necesario cambiar hábitos y conductas de riesgo que ponen en peligro a los trabajadores, afirmó Nelson Gutiérrez Bogotá, Consultor y Master Trainer de la empresa SafeStart.
Desafortunadamente, en América Latina son comunes los accidentes laborales, “pero depende mucho de la madurez de la cultura de seguridad de cada empresa. En una cultura altamente reactiva, probablemente la falta de supervisión será un factor de mucha relevancia en el análisis de un accidente o lesión, ya que la seguridad no es responsabilidad del supervisor, sino del área de seguridad. En una cultura dependiente, como su nombre los dice, depende del control ejercido por la supervisión, pero, si la supervisión no es efectiva en seguridad, sino policial, probablemente no es el mejor estilo de supervisión y las personas una vez que el supervisor deja el área de trabajo, hace lo que su libre albedrio le dicta y quizás no sigue los estándares de seguridad porque no tienen al “policía de seguridad” al lado”, destacó el especialista.
Para evitar accidentes en las empresas, se requiere liderazgo y una metodología clara de desarrollo de habilidades seguras y, por supuesto, voluntad por parte de las personas, por ello se crea el método SafeStart, que se centra en disminuir los errores humanos y afianzar, mejorar o adquirir hábitos relacionados con la seguridad. Las técnicas de reducción de errores críticos (TREC) de SafeStart contribuyen a la mejora del proceso diario de toma de decisiones que, a su vez, es influenciado por la prisa, frustración, fatiga y complacencia (exceso de confianza).
Dijo que las empresas, no solo en Latinoamérica, sino en cualquier parte del mundo, deben adelantar sus esfuerzos para generar una cultura interdependiente, donde la seguridad sea responsabilidad de todos, donde nos cuidemos los unos a los otros bajo un ambiente de respeto.
“No solo las empresas deben tener supervisores, sino líderes que motiven al personal y que lleven a cabo actividades de influencia para generar conductas seguras en los colaboradores”.
Recordó que, en el enfoque tradicional de la seguridad, ya hay una herramienta que es muy valiosa para tal fin, esta herramienta se llama el reporte de incidentes o casi accidentes. “Pero de nada sirve esta herramienta si las personas o la empresa, solo llenan estos formatos como un simple formalismo y no se hace nada al respecto con la información recolectada”.
“Dicho de otra forma, este reporte no sirve de nada, si hemos caído en la complacencia o exceso de confianza en el sistema de gestión y solo lo hacemos por cumplir. De ser así, esta herramienta no servirá de mucho en la cultura. Se sugiere reforzar la importancia de la herramienta y su utilidad para prevenir lesiones en el futuro. Esto se logra, si la empresa socializa claramente el por qué, el para qué y el cómo de este reporte, así como sus beneficios y, lo más importante y vital, es generar un ambiente de confianza para que todos se sientan cómodos de reportar y que no se perciba una búsqueda de culpables”, finalizó Nelson Gutiérrez.
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