La toma de posesión de Joe Biden como 46º Presidente de los Estados Unidos representa una oportunidad para que su Gobierno y el de México trabajen de manera articulada y coordinada, con el objetivo de retomar el entendimiento respetuoso y propositivo que ha caracterizado históricamente la relación bilateral.
Desde COPARMEX expresamos nuestra felicitación al nuevo Presidente estadounidense. Consideramos que México y Estados Unidos son, más que socios, países amigos. Así debe seguir siendo.
Los desafíos son muchos y muy diversos. Sin embargo, con voluntad y a través del entendimiento mutuo será posible alcanzar los consensos necesarios para afianzar una relación bilateral cordial, propositiva y colaborativa.
Esta relación entre México y los Estados Unidos atravesó por diversos altibajos y momentos de tensión derivados, en gran medida, por la postura de Donald Trump en temas sensibles para ambos países como la migración y el proceso de negociación del T-MEC.
Hoy, al cierre de dicha gestión y frente al arribo del nuevo Gobierno encabezado por Biden el escenario es prometedor si desde México se toman las decisiones correctas.
En COPARMEX creemos que es urgente iniciar un proceso para renovar los términos de la relación bilateral que es la más intensa e institucionalizada del mundo.
EE.UU. es el principal socio comercial de México. Cada minuto se comercia cerca de un millón de dólares entre ambos países. Aunque México ha fluctuado entre el primer y segundo socio en los últimos meses, ha ocupado de manera consistente el primer
lugar en el intercambio con los estados de mayor relevancia en la Unión Americana.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía, en 2019, el intercambio comercial total de México con Estados Unidos marcó un nuevo máximo histórico, ascendiendo a $614 mil millones de dólares.
En 2020, las remesas enviadas por nuestros paisanos alcanzaron un máximo histórico, con un aumento de 10.5% comparado con el año anterior. Esto representó el 3.8% del PIB nacional.
Hoy, la oportunidad de recuperar el diálogo, lograr entendimiento y construir acuerdos es real, por lo que México debe aprovechar las oportunidades que se abren en los siguientes rubros de agenda:
Robustecer el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN). Mecanismo que fue muy activo cuando Biden fungió como vicepresidente, y que puede ser una palanca a favor del crecimiento y competitividad, para continuar impulsando el desarrollo de inversión en materia de telecomunicaciones, energía y proyectos sustentables.
Influir en el rediseño de disposiciones legislativas: Habrá un esfuerzo legislativo en los próximos meses para dar un viraje a la política migratoria de Trump. Reunificar a las familias y evitar el enfoque persecutorio en la agenda migratoria deben ser prioridades en las que México debe coadyuvar. El objetivo común debe ser una política migratoria humana en la que se consideren las necesidades y contexto de la frontera común entre ambos países, así como los mecanismos multilaterales que existen en la materia.
Una nueva estrategia de seguridad conjunta. Debe evitarse a toda costa la desconfianza institucional y que se suspenda la cooperación y el intercambio de información para el combate al crimen organizado. Se debe renovar el enfoque y el destino de los recursos de la Iniciativa Mérida y asumir como prioridad el combate al tráfico de personas y de armas, así como al narcotráfico.
No hay prosperidad sin salud. La pandemia no ha reconocido fronteras, su atención también debe resolverse de forma internacional. México y Estados Unidos tienen una plataforma farmacéutica envidiable que debe ser aprovechada para la producción de las vacunas y habrá que sumar la voluntad de la iniciativa privada para la distribución de las mismas. El objetivo es que la mayor cantidad de población sea vacunada en el menor tiempo posible.
Impulsar el T-MEC como elemento estratégico para la relación bilateral. Se debe aprovechar al máximo el potencial del tratado comercial, por lo que ambos gobiernos, sobre todo del lado mexicano, deben dar cumplimiento a los compromisos asumidos en materia comercial, laboral, medioambiental, anticorrupción y Estado de Derecho.
Fortalecer la paradiplomacia, o diplomacia desde lo local. Revitalizar la agenda de trabajo de la Conferencia de Gobernadores Fronterizos para impulsar desde la perspectiva local la recuperación económica en la frontera norte.
Diálogo, diálogo y más diálogo. Para ello será clave el papel que jueguen el nuevo embajador de México en EEUU, Esteban Moctezuma Barragán, y quien sea designado para encabezar la sede diplomática norteamericana en nuestro país. Deberán ser atendidas las recomendaciones y los proyectos que desde las representaciones se presenten. En este sentido, será fundamental promover un trabajo articulado con otros actores multinivel de gran incidencia para la relación bilateral: el sector privado, a través de la diplomacia empresarial, la academia y la sociedad civil, entre otros.
Frente a estos retos por venir, reiteramos nuestra felicitación al Presidente Joe Biden y nuestro compromiso con los empresarios, la sociedad y el Gobierno mexicano para trabajar en favor de los proyectos que redunden en un mejor desarrollo y prosperidad para nuestro País.