Las ciudades inteligentes son una tendencia que está creciendo en todo el mundo debido a los importantes beneficios que traen para los habitantes. Según la ONU, 3500 millones de personas vive en ciudades y se calcula que en 2030 la cifra será de 5000 millones, estos números muestran la responsabilidad que tienen los gobiernos para encontrar formas de desarrollar y gestionar las zonas urbanas sin disminuir la calidad de vida y la seguridad de los ciudadanos. Es por ello, que la reciente crisis sanitaria ha sido un precedente muy importante para impulsar el desarrollo de las ciudades inteligentes, lo cual se debe al importante papel que ha ocupado la tecnología (particularmente la videovigilancia) en la detección y prevención de riesgos por contagios.
Tres objetivos clave de una ciudad inteligente
Leopoldo Ruiz, Director Regional de Axis Communications para Latinoamérica, ha comentado que una ciudad inteligente busca conectar dispositivos, datos y personas para mejorar la eficiencia en los procesos, mejorar la calidad de vida y tener servicios e infraestructuras que sean amigables con el medio ambiente. De tal forma que los proyectos de ciudades inteligentes comparten tres pilares tecnológicos comunes: sensores de internet de las cosas (IoT), conectividad y datos.
Afirma que los sensores están representados por cualquier dispositivo conectado que suministre información a la red como las cámaras de video IP, la conectividad es proporcionada por redes fijas o inalámbricas y los datos representan el almacenamiento, análisis y presentación de datos históricos y en tiempo real. Al conectar estos tres pilares, las urbes cuentan con una plataforma poderosa para nuevas y más eficientes formas de crear ciudades habitables y preparadas para los cambios que la pandemia ha dejado para las nuevas formas de convivencia.
Los proyectos exitosos de ciudades inteligentes, independientemente de sus objetivos centrales, ayudarán a las ciudades a acercarse a su objetivo final de mejorar la calidad de vida, o en términos generales, a hacerlas más habitables de cara a las nuevas dinámicas sociales que la nueva realidad está exigiendo. No obstante, como se mencionó anteriormente, las soluciones de video en red han escalado sus posibilidades a tal grado que una ciudad inteligente es casi impensable sin un sistema de videovigilancia, que le permita ayudar a cumplir estos tres objetivos principales y hacer frente a los imprevisibles cambios: garantizar la seguridad pública, mejorar movilidad urbana y procurar la calidad del medio ambiente.
¿Cómo actúa la videovigilancia en una ciudad inteligente?
El directivo asegura que, con la implementación de un sistema de vigilancia, es posible ver qué pasa en todos los rincones de una ciudad mientras ocurre. Los equipos pueden actuar como sensores, ofreciéndole información en tiempo real que puede ayudarle potenciar los siguientes aspectos:
Seguridad pública
El primer requerimiento de una urbe para cumplir con las expectativas de sus habitantes es ser segura, por lo que es necesario tener lineamientos de protección, ajustados a sus características para que se pueda tener bienestar en la comunidad. Ruiz asegura que la seguridad, al ser uno de pilares que garantizan el buen funcionamiento de la sociedad, requiere de un proyecto en conjunto con autoridades y empresas para lograr la integración de una plataforma eficiente, como un sistema de videovigilancia electrónica que permita no sólo registrar lo que sucede día con día, sino que optimice los procesos de muchas horas de trabajo de los cuerpos policíacos.
Hoy, la videovigilancia electrónica puede integrarse con aplicaciones de análisis que permiten la detección de varios elementos. La llamada “nueva normalidad” está exigiendo que la seguridad pública vaya a un nivel más allá, requiere que se garantice la convivencia social minimizando el riesgo de contagio. En este sentido, los sistemas de monitoreo en las calles han permitido detectar personas que portan un cubrebocas de forma correcta, de tal forma que, si no lo hacen, envía mensajes de alerta para alentar al uso del mismo y mitigar riesgos. Lo mismo con a aquellos que no respeten las reglas de distancia social. Una de las principales ventajas de estas tecnologías es que el día de mañana, la misma solución permitirá detectar situaciones potencialmente peligrosas, por ejemplo, personas que porten armas de fuego, sonidos que representen un riesgo, intentos de robo, etc.
Movilidad urbana
l aumento de la población de las ciudades influye en las infraestructuras esenciales, incluidos los transportes, lo que trae consigo nuevos problemas de movilidad urbana. Hoy una solución para el monitoreo del transporte público permitirá gestionar los flujos de tránsito y estaciones para mitigar riesgos de contagio. Sin embargo, gracias a su adaptabilidad, el día de mañana la tecnología de video le permitirán a una ciudad obtener información de los datos que almacenan para identificar avenidas más transitadas, horarios de embotellamientos, zonas potenciales de accidentes, semáforos sin funcionamiento etc., con el fin generar estrategias de optimización de calles y avenidas. Así como actuar de forma rápida ante un accidente.
Supervisión del medio ambiente
El tema del cuidado medioambiental ya es una realidad que tanto empresas como gobiernos están procurando. Si bien, la disminución de las actividades por parte de los ciudadanos debido al confinamiento, ha dado una respuesta positiva a los impactos en el ecosistema a tal grado que los niveles de contaminación han bajado de forma considerable, es necesario mantener un monitoreo de aquellos factores que eventualmente puede provocar daños en el entorno. Las tecnologías de video en red generan alertas instantáneas que permiten analizar cada situación y tomar medidas inmediatas ante riesgos. Además, brindan la posibilidad utilizar los datos históricos y en tiempo para investigar las causas o efectos a corto, mediano y largo plazo.
La videovigilancia en red se ha posicionado como una importante herramienta que permite contrarrestar la inseguridad, cuidar el ecosistema y mejorar la movilidad, combinando recursos humanos, además de administrativos, para crear un enfoque intuitivo a través de la observación, comunicación y análisis de la información, permitiendo proteger de forma más efectiva a ciudadanos e instalaciones dentro de una ciudad. Esto se debe en gran medida a la progresiva evolución tecnológica que han marcado un precedente para la retribución de las necesidades poblacionales, pues la innovación se ha focalizado con el objetivo de crear un mundo más inteligente y seguro con soluciones para los retos de hoy y mañana.