Por: Omar Bustani Barrientos
Cada día es más recurrente escuchar sobre temas de la creciente tendencia de conjugar el verbo chingar (Octavio Paz lo explica muy bien en su obra el laberinto de la soledad) en casi todas sus variantes epistemológicas como parte fundamental de la vida de muchas personas para quienes sus traumas, complejos, inseguridades, resentimiento, envidia, mezquindad, ambición, ausencia de liderazgo, mal uso del poder entre otros. Los llevan a buscar venganza cotidiana en cada acto de sus vidas.
Por eso los dichos populares e impopulares que alimentan nuestra cultura hablan en pocas de muchas escenas…
- Somos como cangrejos, en vez de ayudarnos a salir del foso nos jalamos unos a los otros al fondo. Anónimo.
- Nunca se logra ningún beneficio sin perjudicar a otro. Michel de Montaigne (1533-1592) Escritor y filósofo francés.
- El odio es una tendencia a aprovechar todas las ocasiones para perjudicar a los demás. Plutarco (50-125) Escritor griego.
Y tal parece que el móvil del mal deviene por la envidia, debe ser muy doloroso para muchas personas ver brillar a otros, escucharlos hablar mejor, observar cómo se superan, como la gente los sigue, como los admiran y también cómo representan un peligro para posiciones jerárquicas porque tienen más conocimientos y competencias laborales o talento para diversas actividades.
Por ello no es raro que abunde la Mezquindad, una forma muy recurrente de frenar el avance de los demás o de eliminarlos de la competencia a como dé lugar, porque resulta más fácil mantener la opacidad que buscar el brillo, porque es muy estratégico simular ayuda, cuando en verdad se perjudica, de esta manera se excluye a una posible amenaza y se queda como supuesto amigo.
Aunque también podemos decir que para muchos perjudicar es un deporte, sobre todo para aquellos a quienes les causa satisfacción el decir…me los chingué, ya se chingaron, me la chingué, ya chingué, ya nos los chingamos, me chingué esto o aquello.
Lo cierto es que en la búsqueda por chingarse al prójimo y no ser chingado por los demás el ser humano se chinga solo, vale la pena recordar la Teoría General de los Sistemas de Von Bertalanffy y la Teoría de la Complejidad de Edgar Morin, para dar cuenta de que somos parte de un sistema universal altamente complejo e interdependiente, en donde la economía de guerra, la crisis hídrica, la seguridad alimentaria, los crímenes de lesa humanidad, el despojo, la sobre explotación de recursos no renovables y la eterna lucha por el poder de unos sobre los otros, nos perjudica a todos, aunque no nos veamos tan prójimos.
Por eso en la cotidiana y afanosa vida más nos conviene si no ayudamos, por lo menos no tratar de perjudicarnos, porque tarde o temprano seremos blancos de perjuicio de alguien más…