Lamentablemente no hay una estrategia de atención y prevención que atienda a los 5 mil 455 universidades e instituciones de educación superior públicas y privadas del país.
Secuestro, homicidio, feminicidio, violación, extorsión, narcomenudeo, robo, acoso sexual, son delitos que ocurren en las universidades e instituciones educativas de nivel superior y media superior en todo el país.
Las comunidades de todos los niveles educativos de México están sufriendo en carne viva los estragos de la descomposición social, la violencia y los delitos, y son la evidencia del fracaso de las políticas de seguridad, prevención del delito y falta de justicia en nuestro país.
Lamentablemente no hay una estrategia de atención y prevención que atienda a los 5 mil 455 universidades e instituciones de educación superior públicas y privadas del país, y que afectan a casi 4 millones de estudiantes.
De hecho, no es fortuito que 4 de cada 10 personas se sientan inseguras dentro de escuelas, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública del Inegi y, en efecto, las escuelas debería ser espacios donde las personas nos deberíamos sentir 100% seguras.
En un estudio sobre Capacidades para la Seguridad Universitaria y Emergencias en Instituciones de Educación Superior que realicé en el 2018, resaltan los delitos que ocurren al interior de los recintos universitarios: 90% universidades padecen robo simple; 70% presentan consumo de alcohol, 60% violencia en el noviazgo y consumo de estupefacientes.
Otros fenómenos de violencia que se presentan en el entorno de las universidades son: asalto a transporte en prácticas de campo; enfrentamiento con arma de fuego; detención a transporte en prácticas de campo; extorsión y hasta cobro de derecho de piso.
Todos estos problemas nos deben obligar a definir a las escuelas como espacios vitales para la convivencia, seguridad, prevención, justicia y en paz, y así atender de manera eficiente cualquier emergencia de seguridad que ocurra en sus instituciones o su entorno inmediato. Hacerlo garantizará la vida de más de 36 millones de estudiantes de todos los niveles educativos de nivel básico, medio superior y superior: niñas, niños, jóvenes, mujeres.