En los casos de extorsión y secuestro virtual hay varios indicios que permiten a la víctima darse cuenta que se trata de un engaño:
- El origen de la llamada es un número privado o del que no aparece registro en el identificador.
- Quien llama se identifica con un nombre o alias como “comandante x”, “ingeniero y”, etcétera.
- Existe demasiado diálogo en las llamadas, en las que el sujeto detalla de dónde viene, cuándo llegó, la zona en la que circula, su función en la supuesta organización criminal, el uso del dinero y aspectos similares.
- El delincuente usa la amenaza, principalmente de privar la vida, contra quien atienda la llamada o bien, a los familiares para evitar que interrumpan la comunicación.
- La primera llamada se recibe en un teléfono jo; luego el delincuente hace lo posible por pasar la llamada al celular para no interrumpir la comunicación y dar movilidad a la víctima. Pide dejar el teléfono jo descolgado, lo que causará alerta a los familiares.
- El extorsionador simula que tiene a una víctima con él. Para ello hace uso de la herramienta de comunicación tripartita o conferencia, que puede detectarse con facilidad, pues la supuesta víctima se escucha en un tono más bajo. También es común que utilicen grabaciones con sonidos ambientales como animales en una granja, oficinas, sirenas, sonidos de calle y carretera.
- El delincuente exige un pago al inicio y luego aceptará los recursos que la víctima tenga a la mano. Además, solicita pagos a través de depósitos bancarios o envíos de dinero, pues no cuenta con estructura ni capacidad para realizar los pagos de forma directa, a excepción de aquellos casos en donde otras víctimas, mediante amenazas del mismo tipo, acuden para recoger los pagos y realizar los depósitos.
Fuente: Policía Federal