Hoy les compartiré algunas reflexiones sobre cómo las personas podemos y debemos vivir más seguras en nuestras comunidades rurales o urbanas, partiendo de un principio básico: ser y actuar como personas responsables y atentas a nuestro entorno familiar, comunitario y social, realizando nuestra vida cotidiana, pero asumiendo que somos usuarios, consumidores y constructores de espacios públicos: calles, transporte público, escuelas, oficinas, escaleras, parques, kioscos, plazas, mercados, vía pública; así que pensemos:
Y es que si algo he aprendido como ciudadana a pie, como especialista en prevención social de la violencia, como científica social (socióloga) y como víctima del delito, es saber qué no hacer en contextos sociales como los nuestros y en los que tenemos que vivir.
Sin ser policías ni investigadores, nos tenemos que convertir en personasmás atentas a nuestros entornos familiares, comunitarios y sociales, ya que eso reducirá los factores de riesgo para ser víctima de la violencia y los delitos.
No podemos desaparecer las violencias de un día para el otro, pero tampoco podemos normalizar su presencia en nuestras vidas.
A continuación les comparto una serie de recomendaciones que, desde mi perspectiva, resultan vitales para generar medidas de autocuidado ante la violencia y la delincuencia que vivimos:
- Conocer a los miembros de nuestra comunidad: identificar a nuestros vecinos, al señor de la tienda, de la farmacia, de la papelería, al personal de limpieza de nuestra colonia, a directores de escuelas. Pensemos, incluso, que ante una situación de emergencia los primeros que nos puede auxiliar son nuestros vecinos. Conocerlos y mantener comunicación con ellos resulta vital, ya que cualquier situación irregular entre los integrantes de la comunidad se puede corroborar o aclarar. Tal vez el automóvil estacionado en frente de mi casa, no esté abandonado y, más bien, sea de un amigo o familiar de otro vecino. Aquí la comunicación nos ayuda para no ver “moros con tranchetes”, debemos aprender a manejar nuestro miedo.
- Conocer y mantener comunicación con la policía local, estatal o federal: las autoridades de los tres órdenes de gobierno tienen diversas estrategias de comunicación y proximidad con las comunidades para la seguridad ciudadana, así que nosotros como ciudadanos y comunidades debemos establecer un mecanismo de coordinación para conocerlos: quiénes son, cuáles son sus nombres, saber qué hacen, cómo atenderán nuestras llamadas de emergencia, cómo identificar a la policía de nuestra colonia, cuadrante, sector, municipio, alcaldía o cómo diferenciarla de la policía estatal.
- Establecer contacto con nuestros vecinos o redes de apoyo comunitario a través de reuniones comunitarias, condominales, vecinales o de comerciantes: la comunicación se facilita con los grupos de WhatsApp, así que usemos ese espacio como un medio para construir comunidades fuertes y seguras. Incluso desde ahí se pueden crear reglas básicas de convivencia, les recomiendo los siguientes pasos para grupos de WhatsApp seguros:
Para la creación del grupo:
- Establecer un objetivo de grupo, por ejemplo: tener seguridad, construir seguridad, prevenir delitos, mantener comunicación para temas de seguridad.
- Verificar la identidad de todos los integrantes (nombre y teléfono).
- Para mayor confianza de quienes formaremos parte de grupo: abrirlo después de una reunión y previa autorización de las personas que se agregarán.
Tips para el funcionamiento del grupo de WhatsApp de seguridad:
- Cuando el administrador del grupo añada a alguien debe indicar quién es y compartir el contacto a los demás integrantes.
- De primera instancia, ante una emergencia se pide auxilio al 9-1-1 o números locales emergencia.
- Reportar evento de inseguridad o emergencia al grupo como mecanismo de apoyo, e indicar lugar (DIRECCIÓN PRECISA) y tipo de situación (robo, caída de una persona, violencia contra mujer).
- Reportar situaciones extrañas a la dinámica propia de la comunidad: auto abandonado con ventanas y puertas abiertas, una persona extraña sacando foto de las casas, una luminaria rota o fundida, entre otras.
- No compartir información que no esté verificada, por ejemplo, si no sabes quiénes son las personas de la foto o dónde fue tomada, si es de otro país o de hace 5 años.
- No enviar memes, cadenas o saludos que distraigan.
Recordemos: ante una emergencia, los primeros respondientes, además de la familia, son nuestros vecinos. Por eso es importante tener buena comunicación y relación con ellos, mantener una comunicación efectiva en el grupo de WhatsApp nos ayudará a tener un espacio virtual de convivencia.
- Observar, conocer y estar atentos a los cambios de actividades de nuestro entorno: autos, motocicletas, hasta personas, ¿hay presencia de personas ajenas a nuestra comunidad? Cualquier vendedor, personal técnico o prestador de servicio puede enseñar su credencial y explicar el motivo de su presencia. Alguien que no lo sea se retirará de inmediato, titubeará en la respuesta, no podrá explicar de manera inmediata, y aunque lo sea, usted podrá verificar la información manteniendo comunicación con los miembros de su comunidad.
- Mantener las calles limpias, pintadas y bien iluminadas: establece contacto con los servicios públicos de tu localidad, reporta la falta de luminarias o cuando estén descompuestas, colabora con mano de obra en jornadas de limpia, balizamiento, retiro de chatarra o pinta de bardas. La proximidad entre el gobierno local (municipios o alcaldías) y la comunidad, es vital para llenar el vacío que hay entre sociedad y autoridad, y que aprovecha la delincuencia para irrumpir en nuestros hogares, colonias, pueblos, comercios o escuelas. Pensemos en lo siguientes:
- No te distraigas con el celular si vas en la calle, auto o transporte público: cada vez es más frecuente ver a las personas caminando enajenadas y aisladas de la realidad por ver el celular, lo cual es inseguro en todos los sentidos. Entendamos que el celular se convirtió en una extensión de nuestra vida, pero es mejor concentrarnos en caminar seguros por la calle, observar el camino o a las personas si vamos en el transporte público.
- Mantener comunicación permanente con nuestros familiares y tener protocolos de actuación en caso de ausencias prolongadas, para esto también podemos utilizar los grupos de WhatsApp e incluso, en algunos momentos, compartir ubicaciones en tiempo real. En lugares donde la comunicación celular es escasa, la presencia, para prevenir cualquier incidente, se realiza con saludos y eso es lo que mantiene una huella social de dónde y con quién estamos.
- No compartir información personal en redes sociales: lugares que visitas, a dónde viajas, cuánto tiempo estás o con quién estás, solamente infórmaselos a personas de tu entera confianza.
- Tener presente el número nacional de emergencias 9-1-1 o en su caso el número de contacto directo con autoridades locales que prestan servicios de seguridad ciudadana: C4, centro de mando, policía de la zona, policía de cuadrante.
- Memorizar o tener escrito en un papel o varios papeles los números telefónicos de las personas a quien pueda pedir apoyo en caso de algún incidente.
En resumen, si algo nos ayudará a no normalizar la violencia y a recuperar nuestra seguridad, es convivir y mejorar nuestra relación en los entornos donde vivimos, trabajamos, estudiamos, nos divertimos. El miedo lo superamos con información y lo único que debemos aceptar es que, en el 2019, vivimos en contextos comunitarios y sociales complejos que requieren mayor atención y observación de las personas que están y lo que hacen en nuestro entorno. Lo anterior sin caer en estados de paranoia, incertidumbre o miedo.
Debemos recuperar la capacidad de ver a la cara a las personas, saludarles, dar las gracias al personal de servicio de limpia de mi colonia u observar el uniforme de la policía de nuestro cuadrante, y tal vez, preguntarnos por qué dice policía de proximidad, policía ciudadana, policía estatal, policía federal o guardia civil, ¿qué hace una o qué hace otra?, ¿cuál es su función? A nuestros policías no los conocemos, que hay malos policías sí, pero también los hay, y son la mayoría, buenos y profesionales en su trabajo; ellos también necesitan de nosotros para hacer lo que les toca hacer: prevenir el delito y atender nuestras emergencias.
En conclusión: mejorar la comunicación y convivencia familiar, comunitaria y social mejorará nuestro orden, seguridad y paz, y esas son cosas que nos tocan a nosotros.