El presidente electo Andrés Manuel López Obrador presentó un amplio programa para frenar el aumento de la violencia y dijo que su gobierno se centrará en detener los crímenes más brutales y en crear empleos para los jóvenes.
Los principales puntos de la estrategia incluyen crear una guardia nacional y enfatizar la coordinación regional de los esfuerzos de seguridad, erradicar la corrupción, repensar la prohibición de algunas drogas y crear oportunidades de empleo, dijeron López Obrador y miembros de su gabinete. Una clave será no enfatizar la lucha contra los carteles de la droga, centrándose en cambio en las raíces del crimen, dijo López Obrador.
1. Amnistía y desarme de carteles
De acuerdo con Alfonso Durazo, quien presentó el Plan de seguridad, la estrategia de endurecer leyes y desplegar miles de soldados, marinos y policías, como se realiza desde hace doce años, no ha funcionado. De hecho algunas corporaciones policiales se convirtieron en parte de la delincuencia, un elemento que profundizó la inseguridad.
Esto es evidente en el combate a los grandes carteles de narcotráfico. El enfoque militar no los afectó e incluso algunos se fortalecieron.
En este escenario “resulta imperativo hacer un alto para emprender un proceso de pacificación con las organizaciones delictivas”, señala Durazo. La idea es promover leyes especiales “para poner fin a las confrontaciones armadas, posibilitar el desarme y la entrega de los infractores”.
Los derechos de quienes acepten la propuesta serán respetados e incluso se pretende ofrecer reducciones de pena por los delitos cometidos. Algo importante en esta parte del Plan de seguridad es la posibilidad de “amnistías condicionadas al perdón de personas y colectividades que hayan sido afectadas”.
En el fondo se trata de un proceso de justicia transicional similar al que se aplica en países con situación de guerra o donde se cometieron delitos de lesa humanidad. Estas acciones comprenden sobre todo justicia para las víctimas, reparar los daños que hayan sufrido y garantías de que no se repetirán.
2. Guardia Nacional
Durante la campaña electoral, López Obrador dijo varias veces que, de ganar la contienda, retiraría a los militares de las tareas de seguridad pública que realizan.
Pero como presidente electo renunció al proyecto. “La verdad hay mucha descomposición en los cuerpos policiales”, dijo.
Los militares, entonces, seguirán en las calles pero con el respaldo legal que no tienen: según la Constitución la tarea de las fuerzas armadas es proteger la soberanía nacional, as funciones de policía que ahora realizan se justifican con un ordenamiento del presidente de la República.
La propuesta de AMLO es crear una Guardia Nacional, integrada por 50.000 elementos de las policías militar, naval y federal. López Obrador tendrá el mando de esa nueva corporación que se desplegará en todo el país.
Además, se dividirá al territorio en 266 regiones, donde se aplicarán planes específicos de seguridad de acuerdo con las condiciones de inseguridad en cada una. La función principal de protección será de la Guardia Nacional.
3. Impunidad, desaparecidos y derechos humanos
En México existen más de 37.000 personas desaparecidas, según datos de la Secretaría de Gobernación. La mayor parte de los casos permanece impune. El tema es central en el Plan de seguridad del presidente electo: erradicar la inseguridad contempla promover el respeto a los derechos humanos, dice AMLO.
Una de las propuestas es calificar como delito el incumplimiento de las recomendaciones que emite la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a las autoridades. También se contempla un programa para regular el uso de la fuerza pública, especialmente entre los militares, y castigar los casos de tortura o desaparición forzada, uno de los temas donde existen más señalamientos de organismos internacionales hacia el gobierno mexicano.