La sociedad y las autoridades del país deben estar mejor preparadas para responder ante una emergencia telúrica, pues es sabido que vivimos en una zona sísmica, señaló el investigador y autor Iván Salcido, quien acaba de sacar a la luz el libro “El terremoto de 2017”.
Entrevistado con motivo de la que es su tercera publicación sobre el tema, la primera fue en 2010 sobre el movimiento telúrico de 1985, con una reedición en 2015, y la segunda sobre el rescatista conocido como “La Pulga”, explicó que investigar y escribir sobre el asunto es un gusto que quierecompartir con las personas.
Arquitecto de formación, pero dedicado a las artes gráficas y edición de libros desde hace 25 años, experiencia que aprovechó para publicar sus investigaciones, Salcido explicó la razón que ha tenido por escribir sobre ambos sismos.
En el primer caso nació por lo sorprendente que fue para él saber que un movimiento telúrico de esa magnitud se pudiera dar en esta ciudad y, como amante de la arquitectura urbana, el daño que le causó, detalló al recordar que en la reedición de este libro el prólogo lo escribió Jacobo Zabludowsky.
Acotó que no había dejado de investigar sobre el tema cuando sucedió el sismo de 2017, el cual hizo notar que se trató de un movimiento con características técnicas telúricas más importantes que el de 1985.
Igualmente, en este caso representó un reto realizar un libro en un tiempo record de 11 meses, y que le implicó, por ejemplo, tomar su motocicleta al día siguiente y viajar por la ciudad con su cámara para tomar fotos, notas y recopilar testimonios. A este recorrido le dedicó todo un capítulo.
Igualmente, investigó en el Servicio Sismológico Nacional y el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico. Al mismo tiempo, organizó y vació toda la información que recopilaba para ganar tiempo a la publicación que había decidido hacer, comentó el autor.
Anotó que la organización de este libro tomó como base el de 1985, es decir tiene capítulos introductorios que adentran en la explicación científica, pero además en su experiencia editorial, y en la parte medular ejemplifica lo ocurrido con un edificio, es decir cómo era antes y como quedó.
Los capítulos finales hablan de la actuación de la sociedad civil y los rescatistas internacionales que viajaron a México, abundó.
Comentó que la diferencia entre el sismo de 1985 y el de 2017 es que el primero fue de 8.1 grados, pero su epicentro lo tuvo en Michoacán, a 400 kilómetros de la Ciudad de México, el periodo de vibración del suelo fue de casi dos segundos, por lo que su afectación se dio sobre todo en edificios que tenían entre ocho y 15 pisos de altura.
Mientras que el segundo fue de 7.1 grados pero su epicentro estuvo a 120 kilómetros de la capital del país y sus ondas fueron más pegadas, de frecuencia cerrada, por lo que afectaron a construcciones más bien bajas, entre cuatro y ocho pisos.
Dijo que en esta ocasión él tomó muchas de las imágenes que se incluyen en el libro, así como hay otras tomadas por otras personas, a las que da crédito, y en las que plasma las edificaciones colapsadas, los trabajos de evacuación, de rescate, etcétera, sobre todo en el sur de la Ciudad de México, como Xochimilco, Taxqueña y Miramontes, pero también la colonia Condesa.
También describe la participación voluntaria de la gente, en los centros de acopio, incluso ayudando a transportar apoyo a zonas afectadas, como fue a un rescatista a la zona de San Gregorio, en Xochimilco.
De los testimonios que recogió, expuso que uno de los que más le impactó es el de un trabajador de una tintorería que se encontraba en el cruce de Emiliano Zapata y Prolongación Petén, quien era el encargado de la caldera del negocio y al sentir el movimiento su primera reacción fue salir, pero se acordó que tenía la caldera prendida.
Entonces decidió regresar a apagarla, momento en que se derrumbó el edificio sobre él; sin embargo, sobrevivió y se pudo tener contacto con él a través de aparatos sofisticados, pero los trabajos de rescate no alcanzaron a salvarlo vivo y por ello se le conoce como “el héroe de la caldera”.
Destacó que la reacción de la sociedad, sobre todo de los jóvenes, fue idéntica en ambos casos, 1985 y 2017; ellos fueron los que se organizaron de manera espontánea, ahora ayudados por las redes sociales. Todos hicieron su parte, trabajaron en el rescate, en los centros de acopio, en las donaciones.
“Fue igualito (entonces y ahora), eso me habla de que tenemos un valor intrínseco los mexicanos, muy especial, que se repitió” en el terremoto de 2017, subrayó Iván Salcido.
El libro lo presentará la tarde noche del miércoles 12 de septiembre en el Museo de Arte Popular, en el Centro Histórico, y su venta la realiza él mismo y a través de las oficinas de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural (SMIE), en el Colegio de Ingenieros.
Se dijo orgulloso de haber escrito el libro y verlo publicado antes de que se cumpliera el primer aniversario del sismo, y destacó el interés y apoyo total que recibió para esta publicación, así como en la anterior, del SMIE.
(Notimex)